A un costado de la plaza principal caminando junto a los falsos muros que forman las bugambilias, una casa antes de llegar a la esquina, vivía mi abuelo, en la aldea de Cúa, en el hermoso reino de Asturias, aún se pueden ver las flores que adornan sus jardines discretos y cuidados.
Las ramas de las acacias y el brocal del pozo restaurado, la puerta es la misma , vieja madera que reta a los años, y el pequeño recibidor conserva las huellas de miles de pisadas dadas en el tiempo, como una vieja piel de piedra que nos revelara sus secretos.
Las ventanas pintadas de café, están protegidas por un pequeño alero de tejas de media caña, que mi abuelo moldeo y cosió con sus propias manos, amasando el barro que es dócil como mujer cuando se sabe de esas cosas y se entrega amoroso a la caricia de las manos expertas.
Lo imagino sentado al fondo del pequeño abrevadero de los animales, justo a la sombra de los olivares, y los manzanos, con la camisa remangada hasta el codo, bañado en sudor, mirarme sonriente diciendome, hijo un día amaras igual que yo a esta tierra difícil como mujer bronca que una vez conquistada te ata a su cintura para siempre y yo que no entendía el significado de sus palabras me reía y el me regalaba un puño de uvas recién cortadas mientras mi abuela desde el portón del patio nos miraba, imaginando que conspirábamos para irnos al rió sin decirle nada.
Hoy he vuelto sin decir a nadie, sin ropas de recambio y sin la prisa que poseen los turistas, tranquilo y sereno, a visitar la casa de mis abuelos, sintiendo la misma sensación de cuando niño , recordando cada sitio y cada rincón, donde antaño, jugaba con mis abuelos.
Ya nadie la habita, sin embargo se mantiene intacta, como si el tiempo se hubiera detenido y un hada de esas que solo existen en los cuentos de niños, me tomara de la mano y me llevara a recorrer los lugares que mi abuelo soñó en silencio enseñarme un día.
Hoy lo observo todo desde esta lejanía y lo disfruto cual si estuviera allí, lo miro todo y lo veo desde lo profundo de mi imaginación, sonriendo con sus manos callosas de campesino bueno decirme, porque tardaste tanto, en regresar a tu tierra.
casa de mis abuelos en la aldea de Cúa. Asturias.
2 comentarios:
Me gusta esto de nuestros orígenes, yo no conozco Asturias, pero bien podíamos ponernos de acuerdo y hacer una vista conjunta.
Que tengas un día redondo.
Besos
Querida amiga, viajo a diario con mis fantasias, alli amoldo a mi antojo las situaciones, dado que la realidad me impide muchas veces moverme. un beso , Deseo que todo vaya sobre control contigo. angel
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