Iván y yo en la libreria de Conaculta en el DF. México. dic. 2008.
Iván lee uno de los poemas de su libro Tir na n-Og, mientras Nancy escucha.
Iván lee uno de los poemas de su libro Tir na n-Og, mientras Nancy escucha.
Iván y yo nos conocimos en la Revolución, galopábamos un viejo carruaje rojo que debe haber pasado a mejor vida hace ya mucho tiempo.
Con el te ibas en las mañanas hasta la Ibero y regresabas a medianoche con tu gabardina negra enfundada hasta el cuello exhausto y pensativo.
Con ese aire de melancolía impenetrable, aumentabas el record de los corazones rotos de un club de alumnas que destilaban miel y no carecían de la pasta que a nosotros no nos solía abundar.
Hermano, cuanto ha llovido desde las finas líneas que improvisabas a Teresa en el parque Vidal allá en el terruño querido hasta este día claro que Dios nos regala.
Anécdotas sobran para llenar un libro y siempre nuestra amistad ha salvado las distancias y soportado las pruebas, que no han sido pocas, ni fáciles.
Cuando el profeta Isaías, vino a decirte, ordena Jehová pon en orden tu casa, porque morirás y no vivirás, te volteaste a la pared y oraste con fervor.
Y tu oración fue escuchada, ambos nos vimos después de aquel tiempo y volvías de las tinieblas sostenido por la mano milagrosa.
Y tu poesía retoma un vuelo entonces profundo de sabiduría humana y la vida te supo a agua fresca de manantiales nunca vistos por los hombres y lloramos junto la vuelta de la idea, en la magnificencia divina. Aprendimos a medir nuestras horas por la experiencia, pero nuestras almas fueron mas unidas al creador.
Tu poesía sé encripta y sobrevive en un mundo que no es dado conocer a todos. Cuanto sufrimiento se deja entre las palabras que se vierten en la vida. Los senderos se inundan de las lagrimas y se emblanquecen los cabellos y los ojos se opacan.
Ni una silaba regala la vida, si se ama la creación literaria, si se pone la entraña por ella, cada frase arranca por dentro partes desconocidas.
Y cuando te leen deletrean imágenes de Celtas y Dioses Irlandeses, las niñas que ansían aventuras de besos y locos amores que apacigüen sus ardores.
Me da gusto leerte, como siempre buscando en lo oculto de la rima la puerta secreta de la mitología, cuando asediado por Electra, quisiera escapar a Juana.
Aún recuerdas Radio Foster Doles, y los amigos que un día se alejaron, aquí estas Iván Alejandro por que una voluntad de altura trazo un sino positivo en tu vida.
Con el te ibas en las mañanas hasta la Ibero y regresabas a medianoche con tu gabardina negra enfundada hasta el cuello exhausto y pensativo.
Con ese aire de melancolía impenetrable, aumentabas el record de los corazones rotos de un club de alumnas que destilaban miel y no carecían de la pasta que a nosotros no nos solía abundar.
Hermano, cuanto ha llovido desde las finas líneas que improvisabas a Teresa en el parque Vidal allá en el terruño querido hasta este día claro que Dios nos regala.
Anécdotas sobran para llenar un libro y siempre nuestra amistad ha salvado las distancias y soportado las pruebas, que no han sido pocas, ni fáciles.
Cuando el profeta Isaías, vino a decirte, ordena Jehová pon en orden tu casa, porque morirás y no vivirás, te volteaste a la pared y oraste con fervor.
Y tu oración fue escuchada, ambos nos vimos después de aquel tiempo y volvías de las tinieblas sostenido por la mano milagrosa.
Y tu poesía retoma un vuelo entonces profundo de sabiduría humana y la vida te supo a agua fresca de manantiales nunca vistos por los hombres y lloramos junto la vuelta de la idea, en la magnificencia divina. Aprendimos a medir nuestras horas por la experiencia, pero nuestras almas fueron mas unidas al creador.
Tu poesía sé encripta y sobrevive en un mundo que no es dado conocer a todos. Cuanto sufrimiento se deja entre las palabras que se vierten en la vida. Los senderos se inundan de las lagrimas y se emblanquecen los cabellos y los ojos se opacan.
Ni una silaba regala la vida, si se ama la creación literaria, si se pone la entraña por ella, cada frase arranca por dentro partes desconocidas.
Y cuando te leen deletrean imágenes de Celtas y Dioses Irlandeses, las niñas que ansían aventuras de besos y locos amores que apacigüen sus ardores.
Me da gusto leerte, como siempre buscando en lo oculto de la rima la puerta secreta de la mitología, cuando asediado por Electra, quisiera escapar a Juana.
Aún recuerdas Radio Foster Doles, y los amigos que un día se alejaron, aquí estas Iván Alejandro por que una voluntad de altura trazo un sino positivo en tu vida.
2 comentarios:
Ángel, el enlace para poder escuchar no funciona. Bueno al menos eso fue lo que entendí, que se podía escuchar, pero tu ya sabes que no estoy muy cuerda y lo mismo no era así.
Besos
Mi vida,ni me fije en esa cosa del enlace, lo averiguare, es una experiencia tremenda oir a Iván recitar sus poemas, cosa que me sigue moviendo por dentro a pesar de haberlo oido tantas veces. Es un gran poeta cubano. Puedes hallar mas cosas sobre el en google. su nombre completo es Iván Alejandro Portela Bonachea.
Tiene una poesia llena de caminos complejos y metaforas alucinantes y fantasias y cuestiones de muchas indoles , solo lee y disfruta la rima el ritmo, la palabra. besitos
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