viernes, 19 de junio de 2009

En desagravio a una mujer ejemplar.


Quiero ofrecer una disculpa publica a todos aquellos que interpretaron a su manera mis palabras sobre la madre de los Maceo, y considerada por mí y por otros cubanos la madre de la patria.

La libertad es un de los tesoros mas preciados con los que cuenta el ser humano, yo hago uso de ella y lucho por hacerla llegar a otros desde mis modestos recursos y con mis humildes palabras.

Si en alguna ocasión, tejí, o entrelace los nombres de una mujer humilde, pobre y campesina, que la historia recoge con un gesto desprendido de patriotismo y aunque los ignorantes y los desconocedores de la historia, regateen frases mas o frases menos que ni vienen al caso ni hacen menos la imagen sembrada por nuestros padres sobre la gran figura que fue Mariana Grajales de Maceo, para muchos con solo el gesto de haber dado toda una familia a la causa de la libertad de Cuba, y esto las mediocridades de la autosuficiencia y el protagonismo no podrán negarlo, por que es hecho evidente y verídico y comprobable, me importa poco si dijo algo al hijo menor o al mayor, dio esa humilde mujer lo mas preciado que una mujer puede dar, los hijos que una vez llevo dentro y luego los vio morir en una guerra justa, y necesaria.

Respeto a todas las mujeres, puedan o no tener hijos, deseen o no ejercer ese don que Dios les dio como un privilegio.

Las respeto si deciden ser mártires o prostitutas, mercenarias o ladinas. Mi palabra ama la retórica ejemplar del Apóstol Marti cuando expresa:

“de mujeres puede ser que mueras de su mordida
pero no empañes tu vida diciendo mal de mujer”

Me avergüenzo y me entristece haber unido el nombre humilde de una mujer sin aspiraciones y tal vez analfabeta, campesina y honrada al nombre de algunas paisanas al que no merece estar unido el nombre amado de Mariana Grajales.

Si alguien me pregunta, si no fue conmigo, un desconocido mas, desde aquí les respondo mi protagonismo es como el de Marti, estar allí donde sea útil y morir olvida por todos. Pero respetando los valores que me inculcaron como una divisa y ese amor a mi patria y a sus mejores personajes.

Lo demás es polvo que la historia olvida.

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