Samuel David Muñoz Arellano. - México.
Un dulce río.
Un río dulce corre por mi ser,
riega todas las parcelas de mi vida,
refresca mi desierto con su dulzura
se desborda creando nuevos paraisos.
El caudaloso río no tiene final
su recorrido se pierde en el horizonte,
avanza por entre los valles y montañas
su eternidad es incierta.
El pequeño inmenso río,
cambia el sabor de mi ser,
le da nuevos colores, nuevos sabores,
quarda en sus aguas un secreto.
El secreto de las aguas del río
es la llave de mis sueños,
lo que crea ilusiones perfectas,
es lo que me hace continuar.
El hermoso inmenso río que recorre mi ser,
tiene un nombre grabado en su interior,
el nombre de mis sueños que creo su secreto,
ese nombre que se invento en las ilusiones.
Me pierdo en sus aguas,
navego por ellas sin encontrar un final,
descifrando su secreto a cada paso,
encontrando su nombre en todo lugar.
Este suave y salvaje no tiene tu nombre.
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