Te han dicho que no te quiero
y vienes a mi llorando
hay si pudiera el llanto
revivir este locura
tu sola sufriendo tanto
yo esquivo sin ver el sol.
La tarde llega y la miro
con sentimiento encontrado
niña de ojos altivos
y mirada complaciente
nunca te dije eres mía
promesas o componendas.
Ahora me sales llorando
ataviada de dulzura
mi vida es un holocausto
de corazones a la deriva
acaso te vez suicida
acercándome tus labios.
Vuelvo de la calle y veo
Sobre la mesa una carta
Y sobre la carta un beso
Sobre mi piel los cerezos
Rojos de tus ilusiones
Como profundas razones
De las cosas que ocultabas
Yo que mire donde estaba
Tu corazón destrozado
No supe con mi experiencia
Lo que entonces me aguardaba.
Alma mía, las palabras vuelan
Indiscretas, cuando deberían
Permanecer presas en los labios
Tu belleza me ha llegado
Pero sigues siendo ajena.
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