Temo que el Diputado Alejandro
Encinas tenga razón al mencionar que el Gobierno mexicano se maneja con la
vieja frase de L´État, c´est moi. “El Estado soy yo” frase atribuida al Déspota
francés Luis XIV.
Vuelto a la realidad tengo la
certeza de que México es una potencia económica mundial. Que su desarrollo
marcha impetuoso. Pero el Estado mexicano canjea riqueza por el pasivo peligroso de
más de 50 millones de pobres.
Y otro tanto de mexicanos que no tienen
condiciones laborales modernas, con salarios dignos y necesarios, prestaciones
adecuadas a la magnitud del lugar que ocupamos entre las economías emergentes.
El Estado no va a reducir el
costo de las gasolinas, ni disminuirá el precio del gas y mucho menos veremos
reflejado descuentos significativos en los pagos de electricidad, todos estos
rubros que castigan severamente el, ya de por si, paupérrimo nivel de los salarios.
Es el Estado quien provoca que
nuestro ingreso sea más de 25 veces menos efectivos que hace solo 20 años.
El Estado ha crecido y con ello
los grupos voraces que maman del poder. Vemos que nuestros "ricos mundiales" gozan de excelente salud.
Podemos presumir el ignorante orgullo
de tener mega monopolios, que engullen incluso a industrias similares en otros países. Bimbo,
Televisa, Telmex y Telcel, Cemex, por citar” algunitos”.
El Estado no cesa de luchar por
crear progreso para El Estado.
Sin embargo el pueblo vive con
salarios deprimidos, sin acceso a una Seguridad Social digna y gratuita, carente de prestaciones. Con miedo por toda la violencia habida y por haber, todo el caudal de injusticia
social y aumento constante en los niveles de impuestos que el propio Estado crea.
Pienso que el Sr. Diputado Encinas, no está lejos de la realidad al mencionar de forma irónica dicha frase
del Rey francés.
Sin embargo medito profundamente
en la parte oscura del actual meollo, si El Estado no logra destrabar el valor
real ingresos / bienestar social, de las clases trabajadoras, en vano se habrá
entregado al capital extranjero los activos de la nación, en vano se crearan
mil campañas publicitarias tratando de convencer al pueblo que todo fue para atraer puestos de trabajo y modernidad a México. Y que nuestro país avanza.
Si en las mesas nacionales se
escabulle la tortilla y se apaga media casa para poder alcanzar la odiosa
cumbre de las quincenas, quedará transparentada la traición desmedida a nuestro pueblo.
Y se convertirá en verdad patética
la frase del déspota ilustrado “El Estado soy yo”, atribuido entonces a Don
Enrique Peña Nieto, para beneficio del grupo de poder que Gobierna a este volcánico
país.