La tiranía cubana siempre ha
buscado un tema que mantenga ocupada la mente de los súbditos. Sea por estar
pensando en la cola para comprar aceite o calzones. Pescadores “secuestrados”
en una isla desierta, o cinco espías convertidos en héroes sin pudor alguno.
¿Quién le pidió al hebreo Alan
Gross que llevara equipos de telefonía e Internet a Cuba? ¿Cómo un país militarizado
hasta los dientes, permitió que esos aparatos entraran por la aduana del
aeropuerto de la Habana, a la vista de todo el mundo?
Mi punto de vista es simple, o el
Sr. Gross es parte de una trampa para buscar el canje de espías por él o es
demasiado tonto para creer que en Cuba pasaría inadvertida tal cantidad de
equipos sofisticados.
Si cada espía, terrorista o persona
que puede poner en riesgo la seguridad de un país, va a ser canjeada en plan de
buena voluntad se corre el riesgo de provocar más secuestros, cometer más ilícitos.
Negociar con enemigos tan
peligrosos como los Talibanes o la dictadura Castro comunista es a todas luces
una posición que debilita a los Estados Unidos.
Al principio de la administración
Obama se creó gran expectativa sobre su mandato, hoy finalizando el mismo, la duda aún no se despeja. Se ha visto pasar sin pena ni gloria a un presidente débil
y a la defensiva.