miércoles, 3 de junio de 2009

La mamba tropical, verde olivo y boca negra.


En estos momentos no se ha definido aún el tipo de procedimiento que tomará la OEA, para determinar las formas en que volverá a ser admitida la Republica de Cuba en el seno de dicho organismo.
Sin embargo diversos voceros comentan que solo es cuestión de meros tramites el aceptar de vuelta a la dictadura cubana.
Atrás en el largo recuento de los hechos queda para la historia, los años en que expulsaron al país caribeño acusándolo de comunista, y además rompiendo de manera casi unánime relaciones diplomáticas con la isla.
A casi 47 años de distancia, la situación se ve desde otra perspectiva, atrás quedan los años en que Cuba entreno, armo y apoyo con logística y dinero la mayoría de los focos rebeldes surgidos en Latinoamérica.
Estrategia que solo agudizo el antagonismo entre los EEUU y la dictadura cubana, y aisló mas aún al régimen de Castro.
Fracasada aquella política y sin poder cambiar la correlación de fuerzas, Cuba efectuó un cambio radical en su visión hacia los países antaño enemigos, envió misiones medicas , culturales y educativas.
Participo en platicas para poner fin a los últimos reductos guerrilleros y favoreció la diplomacia del entendimiento.
Pero detrás de esa ayuda otorgada, trabaja un plan mucho más taimado y pérfido, que aún hoy no cuaja del todo.
Reunidos en Honduras los países miembros de la OEA , deseosos sinceramente de ver al representante del país de la estrella solitaria, participar nuevamente de sus reuniones ,olvidan deliberadamente, el urgente reclamo de respeto a los derechos humanos y las libertades mínimas que durante 50 años los cubanos han lanzado a una América sorda y ciega.
Sin embargo el pueblo cubano , cansado de ser ignorado reclama al mundo respeto para sus derechos humanos y pleno reconocimiento al las garantias individuales que son violentadas de continuo por la dictadura feroz de Fidel Castro.
No concibo que el interés cómplice, se haga a costa del sufrimiento de millones de personas que no tiene él más mínimo beneficio de dicho retorno pirrico.
Por otro lado al aceptar a Cuba estarán dando cabida dentro del recinto de las naciones americanas con voz y voto a la punta de lanza que puede dar al traste con la tranquilidad geopolítica de la zona.
Denle entrada y le habrán franqueado la puerta al caballo de Troya que nos cuenta la historia, y las consecuencias no se harán esperar.
Mientras, once millones de personas, están a punto de iniciar otro periodo negro en la historia nacional cubana, una nueva opción cero, que agudizará las enormes contradicciones internas, para un pueblo que ya no aguanta un nuevo sacrificio, y que no espera nada nuevo de un organismo como la OEA.

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