Hoy quiero escribir sobre mi padre, que esta enfermo allá en los EEUU, deseando que Dios lo cuide y fortalezca.
Mi padre es Asturiano, pero llego a Cuba con ocho años de edad, en el año 1938, producto de las consecuencias de una guerra difícil que derivo en una dictadura y dividió al pueblo español.
Desde la temprana edad de ocho años comenzó a trabajar, dando muestras de ese espíritu laborioso que enorgullece a los hijos de la península ibérica.
Por el largo camino de su vida no ha dejado de ser un hombre trabajador y a pesar de las enfermedades que se han cebado en él, conserva su carácter jovial y bueno y hasta hace poco su conversación indicaba citas y libros en su cultivada autodidacta vida.
Muchos oficios desempeño hasta que tuvo la suerte de realizarse con el sueño de su vida. La pintura. Y de esta la especialización en la espátula que no deja de ser un instrumento delicado para expresar las ideas plásticas, debido a la fuerza del empaste.
Después de haber dado a la Revolución cubana los mejores años de su vida, mi padre no aparece en ningún catalogo, folleto, dedicado a los plásticos de la etapa 70 al 2000, es difícil seguirle el rumbo y tal parece que después de haber pertenecido a la UNEAC y ser miliciano y alfabetizador voluntario y luchador por las ideas que consideraba justas defender, y luego de comprender que todo no era mas que una traición a dichos principios por parte de los dirigentes del sistema dictatorial, al decidir irse de Cuba, desaparece también su obra como por encanto de algún brujo maléfico.
He tenido la inquietud de seguir rastreando su itinerario artístico y simplemente ha sido borrado del mapa artístico de Cuba.
Así actúa un gobierno que no acepta a los que deciden tener opiniones y actuaciones propias.
La larga lista de los borrados, es amplia y aumenta cada día. Llegará el momento que la historia contemporánea haga justicia sobre muchos artistas que tomaron la decisión de buscar la libertad. Y sean restituidos sus meritos y sus obras, al disfrute de los amantes del arte en general.
Las dictaduras pasan, nunca han sido eternas, el arte continua y es eterno. La verdad tarda en abrirse camino pero al cabo triunfa sobre la oscuridad.
Y las disposiciones dictatoriales mueren y se olvidan, cuando mueren los tiranos y sus perversiones.
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