Cuando niño pasaba largas temporadas caminando por estas playas. Mi tío tenia un trailer y todos los fines de semana y las temporadas de vacaciones pernoctábamos en Guanabo, Santa Maria y Boca Ciega tres playas del litoral norte de la Habana y que son todas vecinas.
El puente de Guanabo, permite cruzar de una orilla a otra la desembocadura de este pequeño rió.
Una amiga me envió estas fotos hace dos días y decidí escribir algo para no dejar morir los recuerdos.
Siendo un destino de playa agradable y hermoso, a mí me toco verlo en épocas significativas de su historia, por ejemplo, los carnavales de verano se animaban enormemente.
Recuerdo uno en especial el del verano del 64 cuando fue “invadido” por el contagioso ritmo del Mozambique nada mas y nada menos que con la presencia de su creador Pello “el Afrokan”, y su Maria Caracoles, poniendo a bailar hasta a los cangrejos de la playa, junto a su escultural modelo rubia característica.
También tengo otros recuerdos no agradables Guanabo tenia altos índices de accidentes de transito los fines de semana, por las personas que bebían y luego conducían alcoholizadas, dejando trágicos desenlaces.
Estacionados los trailers a dos calles de la Cruz roja de Guanabo, oíamos continuamente el ulular de las sirenas.
Recuerdo de esta foto en particular el puente, siempre en construcción, incomprensiblemente, como si ninguna época hubiera podido generar la ingeniería suficiente para poderlo dejar en perfecto estado.
Siempre una vía cerrada en reparación, las eternas maderas cuando podrían ser de hormigón armado y las tecnologías que hubiera acabado de una buena vez con esa imagen de siempre en ruinas.
Pero es indudable que reviven muchos recuerdos en mi, allí iba de niño con una red a pescar jaibas desde el borde del viejo puente, con mi primo y los demás amiguitos de acampada. Luego al agua a tirar arena, armando un gran relajo.
Aquellos tiempos fueron formidables, creíamos que la niñez nunca acabaría.
Cada domingo en la tarde para regresar a casa hacíamos un ritual inventado por nosotros, nos íbamos al mar y nos quedábamos todos sentados en la orilla, viendo en silencio como el sol se escondía en el horizonte, y después a los carros y de regreso a la Habana, tristones porque el lunes amaneciendo tendríamos que estar de vuelta a la escuela.
De aquellos amigos, la mayoría esta en Miami, solo yo estoy en México y el mas entusiasta se nos adelanto, alguien de España que me quiere mucho, viaja por este ancho mundo y de pronto desembarca en un destino de playa, justo al centro de mis añorados años infantiles, será o no pequeño el mundo. Nunca lo he dudado. Recordar aquellos años infantiles ha sido grato. Gracias amiga Carmen.
fotos : Carmen Rivero Colina. album personal. Puente de Guanabo. Habana, Cuba.
El puente de Guanabo, permite cruzar de una orilla a otra la desembocadura de este pequeño rió.
Una amiga me envió estas fotos hace dos días y decidí escribir algo para no dejar morir los recuerdos.
Siendo un destino de playa agradable y hermoso, a mí me toco verlo en épocas significativas de su historia, por ejemplo, los carnavales de verano se animaban enormemente.
Recuerdo uno en especial el del verano del 64 cuando fue “invadido” por el contagioso ritmo del Mozambique nada mas y nada menos que con la presencia de su creador Pello “el Afrokan”, y su Maria Caracoles, poniendo a bailar hasta a los cangrejos de la playa, junto a su escultural modelo rubia característica.
También tengo otros recuerdos no agradables Guanabo tenia altos índices de accidentes de transito los fines de semana, por las personas que bebían y luego conducían alcoholizadas, dejando trágicos desenlaces.
Estacionados los trailers a dos calles de la Cruz roja de Guanabo, oíamos continuamente el ulular de las sirenas.
Recuerdo de esta foto en particular el puente, siempre en construcción, incomprensiblemente, como si ninguna época hubiera podido generar la ingeniería suficiente para poderlo dejar en perfecto estado.
Siempre una vía cerrada en reparación, las eternas maderas cuando podrían ser de hormigón armado y las tecnologías que hubiera acabado de una buena vez con esa imagen de siempre en ruinas.
Pero es indudable que reviven muchos recuerdos en mi, allí iba de niño con una red a pescar jaibas desde el borde del viejo puente, con mi primo y los demás amiguitos de acampada. Luego al agua a tirar arena, armando un gran relajo.
Aquellos tiempos fueron formidables, creíamos que la niñez nunca acabaría.
Cada domingo en la tarde para regresar a casa hacíamos un ritual inventado por nosotros, nos íbamos al mar y nos quedábamos todos sentados en la orilla, viendo en silencio como el sol se escondía en el horizonte, y después a los carros y de regreso a la Habana, tristones porque el lunes amaneciendo tendríamos que estar de vuelta a la escuela.
De aquellos amigos, la mayoría esta en Miami, solo yo estoy en México y el mas entusiasta se nos adelanto, alguien de España que me quiere mucho, viaja por este ancho mundo y de pronto desembarca en un destino de playa, justo al centro de mis añorados años infantiles, será o no pequeño el mundo. Nunca lo he dudado. Recordar aquellos años infantiles ha sido grato. Gracias amiga Carmen.
fotos : Carmen Rivero Colina. album personal. Puente de Guanabo. Habana, Cuba.
2 comentarios:
Esas son las historias que me llevan a decir que "recordar es vivir".
Besos
Carmen, no teimaginas cuantos recuerdos me traen estas fotos.Gracias amiga por ellas. besos angel
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