viernes, 7 de agosto de 2009

Réquiem para un dictador.




El Concierto, por la paz, que desde la plaza de la Revolución dará el cantante Juanes, próximamente, nos llama a meditar y a profundizar en muchas cuestiones inherentes al mismo.

Qué puede implementarse en Cuba, desde cualquier punto de vista que no trasmita un mensaje político. Esto hilvana otra pregunta, solo los muy ingenuos o los ilusos creen que no hay política metida en esto.

Escribo a titulo personal, intentando ver las cosas desde afuera, por primera ocasión en mi vida. Me es igual si va Juanes, como si va Ringo Star.

Pero si me interesa ahondar en los sentimientos que esto crea y convulsiona.
Una gran fiesta en la plaza, como un día de feria popular, una actividad sana y noble, con un buen muchacho, como dice Amaury Pérez.

Que tiene de malo, por qué los de la “otra orilla”, se deben molestar, cuando deberíamos estar dialogando entre nosotros.

Todo el mundo en Cuba sabe que no es por culpa del Exilio que no se puede dialogar, es la intransigencia del Gobierno de Cuba la que impide, embajadas de buena voluntad.

La libertad debe ser privilegiada siempre por encima de todos los criterios individuales. Respetando el deseo de dicho cantante a ir a actuar a donde él desee. Incluso Cuba.

Molesta a muchos que actué allí, sí, es evidente, las pasiones se comienzan a desbordar y lo más probable es que el exilio le pase de alguna manera la cuenta a Juanes. Él sabrá aquilatar el riesgo y habrá valorado lo que en situaciones anteriores sucedió en casos similares. Oscar de León, fue, cantó y arrasó y después, ante el boicot a su música, sufrió un descalabro evidente, la comunidad ya lo rehabilito pero seria bueno no olvidar este incidente.

Si todos somos cubanos, si se pretende un clímax de concordia, paz, amor y muchachos buenos. No olvidemos que una diáspora no esta pintada en la pared, y no vive fuera por odiar la tierra que los vio nacer, vive fuera porque ese régimen de terror y de opresión es despiadado y nefasto.

Cualquier cubano que trate de mantenerse neutral en esta o cualquier situación similar, tiene el derecho de hacerlo, pero como a muchos, dentro nos invade una enorme tristeza por este tipo de eventos.

Tal vez no puedo explicarlo a fondo. Yo no invente este odio, ni esta polarización, ni fomenté el pensamiento extremista, de conmigo o en contra mía, eso deberíamos preguntárselo al dictador en jefe, con esa aberrante educación de confrontación y de enemistades.

Tal vez allí radique la verdadera respuesta a una situación que lastima y humilla, sin que en el fondo existan suficientes respuestas para aclararla.

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