lunes, 3 de agosto de 2009

Al irse el sol.



El sol se ocultó en aquel atardecer. La luna era un enorme globo naranja. Hacía mucho calor. En el cielo no había estrellas., estaba todo oscuro. El suelo, que anteriormente albergaba pinos, álamos y rosales de todo tipo ahora era un manto de rocas rojas.
El muchacho caminaba por aquel sendero. Cada tanto se cruzaba con árboles muertos, esqueletos de animales. Le resultaba extraño ese paisaje. Jamás había estado en un lugar así. Sin embargo no se detenía,seguía caminando.
Al llegar a la ciudad se encontró con que esta ardía en llamas. Había explosiones, derrumbes de edificios. No entendía por que no aparecía ninguna persona ni se oían gritos o sirenas. Todo se hallaba en absoluta calma. Como si no hubiese nadie alli.
De pronto llegaron varias criaturas grises que poseian un cuerpo delgado en forma de cilindro. Los cuales contaban con brazos y piernas terminados en garras y una cabeza que albergaba dos enormes ojos rojos junto a una boca repleta de colmillos.Aceleró la marcha. Notó que le costaba moverse a la vez que aquellos le ganaban en velocidad.
Enseguida se vió rodeado y sin espacio como para poder escapar.Con voz ronca uno le dijo_ Dios les regaló este planeta para que lo cuidaran pero hicieron lo contrario. Contaminaron ríos, destruyeron bosques, se matan entre ustedes mismos. Por suerte hubo un glorioso día en el que, cansado de ver como lo traicionaban, se marchó a otra parte. Nadie sabe donde. Lo importante es que dejó este mundo a la deriva permitiendo que ahora venga a reemplazarlo este otro ser. Él es nuestro amo. Él logró salir de abajo de la tierra donde permaneció encerrado durante siglos para liberarnos a todos nosotros y acabar con la humanidad.
Luego todos se le fueron encima.
Fué en ese instante cuando se despertó sobresaltado de la cama. Abrió la ventana de su cuarto y vió que afuera la ciudad estaba como siempre. Con el sol que empezaba a asomarse entre los edificios junto a decenas de hombres y mujeres que esperaban el colectivo para ir a trabajar.
Al mirar el diario se quedó pensando en ese horrible sueño que tuvo. Sobre todo cuando leyó las noticias relacionadas con los derrames de petroleo, las muertes que dejan las guerras o las enfermedades producidas por la falta de agua potable o alimentos.

Esta narración es del Escritor Argentino: Gustavo Yangus, los invito a que se enlacen a su pagina desde aqui mismo. http://yangus00.blogspot.com/ Vale la pena el viaje. Gracias.

1 comentario:

Carmen Rivero Colina dijo...

Ángel, Gustavo escribe unas cosas aparentemente tan simples y tan profundas, me encanta como lo hace. Hace días puse en casa un poema suyo sobre la luna maravilloso.
Besos