domingo, 16 de agosto de 2009
Libres.
Su mirada fue indiscreta. Un fuego que me invadió desde adentro. Indescriptible. Se volvió como un relámpago y dibujo una señal con los dedos. Me acerque lentamente. La mire de frente, despacio, con una curiosa ansiedad controlada. No estoy sola, dijo. Yo tampoco, respondí. No importa, hagámoslo ahora. Afuera la noche es clara. Contaremos las estrellas. Caminaron hacia la playa. Sintiendo sus aromas muy cerca. Solos, sin los otros.
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