Para los Hebreos, la fecha importante era la de la muerte de la persona, nunca el nacimiento.
No sé cuál filosofía encerraba esta situación, pero conocedor de la sabiduría hebrea tiene mucho de razón.
Hoy deberíamos haber celebrado un año más. Dios no lo hizo posible. Dios dio, Dios quito, Bendito sea el nombre de Dios. Un beso Elena.
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