lunes, 3 de agosto de 2009


¿Qué es la libertad?
Libertad Lamarque, La Estatua de la Libertad, Ciudad Libertad, donde trabajé hace muchos ayeres.
Hoy quiero hablar de otra libertad. La libertad de los impulsos. De esos que de pronto interfieren con la cordura y las normas más correctas del comportamiento. En pocas palabras decir y hacer lo que pensamos verdaderamente, sin ocultarnos, sin hipocresía, falsedades y temores.
Gritar a pleno pulmón, soy feliz, soy feliz, soy feliz.
Saltar como un idiota por toda la calle, cuando recibimos la llamada de un amigo, amiga o familiar.
Dar un abrazo al anciano que espera cruzar la calle y nadie ayuda y tomarlo del brazo y decirle gracias por esperarme para cruzar juntos.
O acariciar la cabeza de un niño de la calle y reírnos con ellos y bailando y cantando ofrecerles un pan dulce al doblar la esquina y continuar como si el mundo fuera eterno, o nosotros lo fuéramos, o la felicidad fuera algo mas que tener deseos y poder cumplirlos.
Dejar brotar esos momentos de espontaneidad que luego la sociedad reprime con sus normas castrantes.
Dar un beso bien fuerte a una persona, por el solo hecho de desearlo.
Amar el nuevo día, aunque no tengamos un centavo en el bolsillo, como es mi caso ahora. Y decirlo para que todos sepan lo libre que soy.
Comprometido con Dios en un mejoramiento humano sin esquemas, ni diplomas, sin esperar títulos a cambio.
Decir amo a esta mujer por la capacidad enorme de no saber ni que carajos pienso, pero me deja ser y eso se llama libertad.
Tener los hijos tan hermosos y locos que tengo, libre en sus pensamientos y útiles en sus propios mundos disímiles.
Las mujeres que tuve, todas ellas bellas como las más bellas y tiernas, pasivas o neuróticas, pero hermosas e inteligentes, lastima que la vida no quiso planear las cosas como hubiéramos querido.
La libertad de entender a mis padres, con sus egoísmos o sus limitantes, sus grandes virtudes de artistas o sus desempeños catastróficos.
Gritar que no soy perfecto, soy un tipo excéntrico. Amo y me aman. Pedir a mis deudores que cancelen mi gran deuda externa y conservarlos como amigos. Lastima que el dinero es más importante que la amistad.
Libre para poder viajar a ver a los amigos y amigas que deseo pudiendo pagar los boletos con el sudor de mi frente, pero en este mundo injusto los sinceros casi todos somos unos inútiles.
Libres para conocer el trasfondo filosófico de la palabra libertad, que se cruza infinidad de veces con la palabra hipocresía.
En fin los dejo tranquilos un rato. Voy a continuar ocupado en otros asuntos y no puedo seguir aquí, perdiendo el tiempo con ustedes.
La libertad no debe ser descortesía. Por tanto corrijamos este final y digamos, los dejo no pierdan mas el tiempo conmigo. Ustedes tienen cosas importantes que hacer. Un beso y un abrazo a todos. Espero que tengan un feliz y libre día. Gracias. Angel,


Un instante así de libertad, no tiene precio, por ello riamos, lloremos, aplaudamos o cantemos como locos o como cuerdos que parezcan locos o rematadamente locos de atar. Al cabo la locura de la felicidad es tan contagiosa como el aburrimiento de las costumbres se vuelve una prisión.

Foto: Mi tesorillo Abril Collado lic. en Diseño Gráfico, dando rienda suelta a su libertad.

1 comentario:

Carmen Rivero Colina dijo...

Ángel, no digas perder el tiempo con nosotros...por favor, para mi venir aquí y poder leerte es un lujo, un placer. Eres mi amigo, has aportado tanto a mi vida que no pienso dejarte marchar así como así. Y eso no es nada, nos quedan muchas cosas por compartir...
Y sí, estoy totalmente de acuerdo con estas palabras tuyas...
Unos cuantos post más abajo puse una canción que creo que refleja todo lo que has dicho...
VIVIR Y NO TENER VERGÜENZA DE SER FELIZ.
Un montón de besos y un abrazo enorme.