miércoles, 12 de agosto de 2009

A propósito de Mariachis.




Cuando llegue a México, por el aeropuerto “Benito Juárez” de la Capital Azteca, quede impresionado por muchas cosas. Que aún puedo saborear en este largo cuarto de siglo.
La carita redonda y linda de mi Abril, que como un sol irradiaba luz a mi llegada en una media mañana fría de finales de octubre. Después enfrentarnos a una ciudad impresionante.
Cuando mi familia, me pregunto a donde deseaba comer, solo dije con mucha certeza, la comida no importa, quiero escuchar a un Mariachi.
Tiene el Mariachi, la predilección de conocer con mucho el alma de México, trasmitir el sentimiento y la profundidad del dolor y la pasión, la fiesta y el alborozo de una raza, y llegar a la sensibilidad de los que más allá de los folklores pasajeros, compartimos una vida llena de cuestiones.
He tenido el privilegio de escuchar a buenos y malos músicos de un Mariachi. Y a todos respeto por igual.
Desde Garibaldi, hasta Guadalajara, la tierra del Mariachi por excelencia. San Luis Potosí con los suyos que tienen peque.
Pero siempre es muy emotivo, escucharlos y nada se compara con verlos y oírlos en vivo. Ningún disco o vídeo.
Pero donde se “enchina el cuero” es cuando sin esperarlo llegan rompiendo plaza al “Son de la negra” en algún lugar lejano fuera de México, no podría explicarlo. Las lágrimas saltan.
Que raro que un cubano diga esto. Lo he vivido. No puedo explicarlo. Amor a México, amor a sus mujeres, a una tierra de contrastes y matices, que me ha dado amor del bueno, raspándome la vida, cosas muy profundas y bellas, porque si el amor no duele y no se sufre amando, de nada vale un buen Mariachi y unos tragos de Tequila.

3 comentarios:

Diliviru dijo...

Que belloooooo!!! Se siente hermoso que ames a nuestro México querido!! Tienes razon el son de la negra enchina el cuero en donde uno este.

Besos!

Angel Collado Ruíz dijo...

Dili, he pasado la mitad casi de mi vida, en México, de alguna forma lo he recorrido de una punta a otra y aún sigo, gracias a Dios,
lo he disfrutado y he compartido, comidas, bebidas, pachangas, campañas y amores, algunos.
Mariachis , ni se diga, hasta he cantado alguna desafinada vez con estos, quien que sea no lo ha hecho.
Y me toco en Yanquilandia, oirlos con todo el entusiasmo y la impresión que causa.Un buen mole. un mezcalito discreto, y un mariachi con su tololoche, niña, lo vivido es bueno y de buena calidad casi todo.México es mas grande que sus problemas!
un besito a las dos.angel

Carmen Rivero Colina dijo...

Bueno, hagamos una cosa....así como me sea posible me doy un saltito a México y entre ustedes dos me enseñan lo del Mariachis y Dili te tocó hacer de comer algo bueno como pones en tu blog...
No lo vamos a pasar de escandalo....
Besos para los dos