lunes, 24 de agosto de 2009

Monteiro Lobato - Historia de una Niña que no tenía ni una pizca de Varón (fragmento)


" Naricita se levantó muy temprano para llevar a la muñeca muda al consultorio del Doctor Caracol. Lo encontró con cara de quien se ha tragado una víbora de cascabel rellena de escorpiones.
- ¿Qué pasa, doctor?
- Pasa que encontré saqueado mi depósito de píldoras. Me las han robado todas…
- ¡Qué tragedia!- dijo la niña, preocupadísima. Pero ¿No puede fabricar otras?
- Imposible. Ya murió el escarabajo boticario que hacía las píldoras, sin revelar a nadie su secreto. El infeliz ladrón sólo me ha dejado una, que no sirve para este caso porque no se trata de una píldora parlante.
- ¿Y ahora?
- Ahora es necesario una operación quirúrgica. Le abro la garganta a la muñeca y le pongo dentro un poco de habla – respodió el doctor, afilando su cuchillo. En ese momento se oyó un gran barullo.
- ¿Qué será? preguntó la niña sorprendida.
- es el papagayo que llega declaró el doctor.
Como no encontrara las píldoras, mandó que trajeran un papagayo charlatán para matarlo y extraerle el habla que iba a poner luego en la muñeca. Naricita se indignó ante tal barbaridad.
- En ese caso no quiero!Prefiero que se quede muda antes que sacrificar una pobre ave.
- ¡No quiero! ¡No admito que se le torture!
El Doctor Caracol quedó apabullado porque sin píldoras ni papagayo era imposible curar a la muñeca. Ordenó mientras tanto, que entrase el segundo paciente.
Trajeron entonces a un sapo en una carretilla. Tenía que venir sobre ruedas a causa de una hinchazón en su vientre. El famoso cirujano le abrió la barriga al sapo y le extrajo unas piedritas. Al mirarlas a la luz su cara se cubró de sonriras.
- ¡No es una piedra!- Es una de mis píldoras. Volvió a meter la pinza y saco otra. Y así hasta completar 99. ¡Había sido el sapo el ladrón del remedio maravilloso!… Su alegría era enorme.
Como no sabía curar sin las píldoras milagrosas, había temido que lo echaran de su puesto.
- Ahora sí podemos curarla- dijo, después de haberle cosido la barriga al sapo. Escogió una píldora y se la dio a tomar a la muñeca.
- ¡Trágala de una vez! Gritó la niña. Y no hagas tantas muecas que se te va a reventar un ojo.
La muñeca tragó la píldora y comenzó a hablar al instante. Lo primero que dijo fue: “¡Tengo un horrible gusto a sapo en la boca!” Y habló, habló, habló más de una hora sin parar. Hablo tanto que Naricita su dueña, atormentada pidió al doctor que le hiciera vomitar esa píldora y le diera otra menos fuerte.
- No es necesario- le dijo. Que hable hasta que se canse. Después que haya hablado unas 3 horas seguidas se calmará y hablará como lo hace toda le gente. Lo que sucede es que tiene charla depositada que debe expulsar. Y así fue. Habló durante tres horas s
- ¡Gracias a Dios!- exclamó la niña. Ahora podemos conversar como la gente y saber quien fue el que te atacó. Vamos, cuenta todo el caso.
La Muñeca se estiró entera y empezo a decir con su fina voz de trapo:
- Esa vieja gruñona me arañó la cara y me golpeó la cabeza con tanta fuerza que me dejó dormida. Sólo desperté cuando el doctor Cara de Col…
- ¡Caracol! ¡Doctor Caracol! Corrigió Naricita.
- Sí, desperté cuando Doctor Cara de Col me pegó un Lipizcón -replicó la muñeca caprichosamente-.
- Se dice Pellizcón- dijo la niña y se metió la muñeca en el bolsillo. Notó que su habla no estaba bien ajustada. Comprobó también que era de genio obstinado, dura de entender por naturaleza, petulante y que pensaba respecto de todo de un modo especial, muy suyo. "

El Poder de la Palabra
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José Bento Renato Monteiro Lobato (Taubaté, 18 de abril de 1882 — São Paulo, 4 de julio de 1948) fue uno de los más influyentes escritores de literatura infantil en Brasil durante el siglo XX. Fue un pionero en este campo de la literatura en su país y ganó popularidad por el carácter educativo, como también divertido, de las obras que dirigía a este público, que conforman la mitad del total de su producción literaria. La otra mitad se compone de numerosos cuentos, artículos, críticas, un estudio sobre la importancia del petróleo y una única novela, El presidente negro, donde expone sus ideas sobre eugenesia y superioridad racial y de géneros.

2 comentarios:

Angel Collado Ruíz dijo...

Monteiro Lobato, si supiera yo de cuantos escritores me pierdo a diario por no conocer sus historias ,ni saber que existen y tu Carmen, sin darlos a conocer. La gente debe saber que Brasil es mas que Samba y Carnavales, es amor y letras, ademas.

Carmen Rivero Colina dijo...

Estoy en ello Ángel, estoy en ello...
besos