Me dan miedo tus ojos
Negros y profundos
Como las inmensidades
Desconocidas del océano
Me dan miedo y suspiro
Por perderme en ellos
Atraído a sus vortices
Enigmáticos y fecundos
Hechizos delicados
Néctar de princesa maya.
Como un loco enamorado
Muerto de sed en el desierto
Claudicando amores
Sin ánimos de defenderme
De tan atractivos sueños
Indefenso y desnudo
Suerte de ermitaño audaz
Que no aspira ni presume
Conocer otra vida sin ellos
Por amor al amor entregado
Y esclavo de ti, voluntario
Gozo la dicha de tus besos.
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