viernes, 27 de marzo de 2009

La insólita historia de una amistad. Cuento infantil.

Me encontré un bichito con unas enormes antenas, a la entrada de mi casa, como vivo en el campo el animalito en si no me tomo de sorpresa, lo observe por bonito y gracioso y que creen? Se enojo y me dijo muy serio si no le caía bien.

Eso mismo que están pensando, pensé yo. Este bicho esta loco, no le he dicho nada y se enoja conmigo. Eso me pasa por estar fijándome en extraños.

Cuando me iba a levantar para seguir con lo que hacia, sentí un grito agudo ofreciéndome disculpas a todo pulmón. Era el bichito, de las largas antenas.

Queda usted disculpado y ahora qué se le ofrece -le respondí tratando de ser amistoso- al cabo era un visitante, hablaba muy quedo y me tuve que agachar, al hacerlo, soltó un grito espectacular que casi me deja sordo, quiero ser tu amigo!.

Valiente amigo con esos gritos, replique yo. Usted perdone, puedo hablar bajo o alto o gritar, je, je le dije ya veo, desea ser mi amigo?.

Bueno tengo muchos amigos, me agrada tener amigos, a pesar de nuestro difícil encuentro puedo ser su amigo, seremos amigos. Si pero yo seré su mejor amigo, me dijo el bichito, a estas alturas no sabia que responder, y opte por seguirle la corriente.

Me parece bien, seremos una para el otro, no se burle soy un bichito chiquito pero muy inteligente, ah!, Ya lo había notado, dígame como llego hasta aquí, llevo tres días caminando desde el jardín, por cierto usted me moja muchas veces.

Hombre no se fije, no lo conocía, ni era mi amigo, ni lo había visto, Se lo perdono, me risposto, porque veo que su trato es muy amable, por cierto, yo fui quien se comió las hojas de la enredadera. Iba a comenzar a ponerme histérico, cuando recordé que era mi huésped y respirando hondo me calme y le dije, no importa, ahora somos amigos lo invito a comer cuantas hojas desee.

En esas estábamos cuando entro mi hija y me vio hablando- has mejorado mucho papá- ya no te enojas, ahora platicas solo, no estoy platicando solo, replique, lo mejor que puedes hacer es saludar a nuestro invitado el Sr. Bichito.

Bichito? Sr.?, Ah Papá, te diste algún golpe en la cabeza, te subió la presión de nuevo, llamo al médico?.

No que medico, ni que medico, no lo ves esta ahí, es mi amigo -le dije señalando al piso- ella me mira incrédula, acercándose al piso y cuando diviso a mi amigo, este muy educado le dijo, hola como estas?

Mi hija le respondió automáticamente, bien gracias, puso sus ojos incrédulos sobre mí y me dijo:

Tu amigo habla muy bien el castellano.

No me había percatado de eso, le dije pensando en la enredadera.

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