Concepción, la segunda ciudad en importancia en Chile, ha sufrido en días pasados uno de los temblores más grandes de que se tenga registro.
Las personas siniestradas suman varias centenas. La ciudad ha tenido que ser sometida a un régimen de toque de queda, para impedir que los delincuentes se apoderen de artículos que no son precisamente de primera necesidad.
Sin embargo he visto rostros de personas desesperados por conocer el paradero de algún familiar y pescadores que el mar les ha llevado todo.
Mi solidaridad con ellos, de todo corazón. Sé lo que es sufrir un terremoto. La desesperación y la muerte que rodea este tipo de fenómeno.
Oro a Dios por las victimas y estoy convencido que pronto la ciudad retornará a sus habituales desempeños y las heridas irán cicatrizando, el dolor dará paso al consuelo y la vida seguirá su rumbo.
Animo hermanos chilenos. Dios los bendiga!
2 comentarios:
Mi solidaridad con el pueblo Chileno.
Me uno a ese sentir tuyo, Guille. Un saludo hermano.
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