lunes, 8 de marzo de 2010

Las mujeres del mundo, celebran luchando.





Cuando las luchadoras sociales de finales del siglo XlX, y principios del XX, tomaban como banderas de lucha la igualdad, la paz y la fraternidad, no pensaron que para el 19 de marzo de 1911, estarían celebrando una gran victoria.

Mucho han tenido que luchar y protestar las mujeres para ser reconocidas como iguales en un mundo complejo de hombres, que no aceptan compartir aspectos claves de la vida, sea social, económico o político con su contraparte femenina .

Precisamente bajo calificativos de sexo débil, se impidió, se boicoteó y se marginó, durante siglos la aportación digna de la mujer a la vida pública y política.  

Hoy cuando celebramos un aniversario más de aquella fecha, se ha avanzado, pero parece como a regañadientes.

La mujer sigue oprimida en cuestiones domesticas, discriminada por conceptos machistas y limitada en cuestiones políticas, quizá no más que antes, pero si mas cínicamente.

Siguen siendo muy pocas las mujeres al frente del ejecutivo de un país, en bajas proporciones ocupan escaños en los Congresos y Grupos de Representación Popular.

 Siguen padeciendo ultrajes, violencia física, maltratos, golpizas y desapariciones y hasta la muerte más brutal, por el simple hecho de ser mujer.

Y en una buena parte de esta nuestra América, se sigue educando, incluso e irónicamente por las mismas mujeres en un modelo machista y sexista inconcebible.

Mucho se ha avanzado desde Clara Zetkin, mucho falta por hacer en el desigual camino de la igualdad de géneros y el respeto total a la mujer.

Es muy difícil asimilar posturas y actitudes que rayan en lo inverosímil, en la adoración a la madrecita y a imágenes religiosas femeninas. Y en la vida diaria de pareja demeritar y despreciar el esfuerzo mayúsculo que hacen nuestras mujeres, madres e hijas, que al cabo llevan en si el peso de la reproducción y el cuidado de la nueva vida.

Capítulo aparte, merecen aquellas que luchan y sufren, por tener sus esposos e hijos presos de dictaduras totalitaristas, y me refiero específicamente a las madres cubanas, no por ser mas abnegadas, que se cuentan por millones las mujeres luchadoras sociales en el mundo, si no por el momento histórico por el que estas mujeres están pasando.


La lucha no termina para estas y otras mujeres en diferentes latitudes, llevando con orgullo el peso del hogar y en alto las banderas de la dignidad, la libertad y la solidaridad.

Para todas ellas mi reconocimiento, por ser ejemplo fiel de incansable dignidad.


2 comentarios:

Margarita Garcia Alonso dijo...

Gracias Angel por las felicitaciones, te escribo manana, cuidate mucho
besotes

Angel Collado Ruíz dijo...

Espero que la juventud feminista se imponga, un abrazo ,un beso, cuidate.angel