jueves, 18 de marzo de 2010

La cultura del miedo.

Para todos aquellos que presenciamos hace más de treinta años el inicio de los mítines repudio, en la ciudad de la Habana, los gritos de las masas enardecidas y enloquecidas, amparadas bajo el valor colectivo y protegidas por la policía política, sabemos la valentia admirable y el apego impresionante a las convicciones de estas Damas de Blanco.



Unas señoras, que se atreven a romper el paradigma de la unanimidad, y defienden a costa de su integridad, el derecho que deberíamos todos haber reclamado en su momento de respeto a expresar opciones y tesis diferentes a las impuestas por este grupo represor y sádico.


Para otros pueblos esta manifestación de valor resulta incomprensible, dado que ellos han alcanzado un desarrollo político y cultural mayor.


Y muchos se cuestionan por lo bajo, de que habrá valido dar tanta educación y cultura a un pueblo si no le supieron dar aceptación de la pluralidad y amor por sus propios ciudadanos.

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