lunes, 19 de octubre de 2009

EL Himno de Bayamo.


Mañana se cumplirán 141 años de haberse cantado por primera vez el himno nacional cubano. Sobre el pomo de su montura, ante el reclamo ferviente de los habitantes del pueblo de Bayamo, don Pedro Figueredo, compositor y patriota, enardecido por la faena libertaria, pone versos radiantes de entusiasmo a la música que días antes había estrenado en el mismo pueblo ante los ojos desconcertados de las autoridades españolas, que descubrían un tono amenazador en tan encendida melodía.

A casi siglo y medio de aquella fecha histórica, Cuba no es libre, un tirano rige con mano ensangrentada los destinos de nuestro país.

Las cárceles reciben a sus mejores hijos, la palabra esta severamente perseguida.
La libertad es reclamo de muchos, dentro y fuera del territorio nacional. Las autoridades se burlan hoy de nuestro pueblo, como antaño se burlaron los colonizadores españoles y tantos otros gobernantes se enriquecieron a la sombra de una Republica limitada.

Hoy la dictadura pretende celebrar el día de la cultura nacional, pero no puede haber cultura sin libertad, la libertad es la luz de la cultura. Cuba vive sin libertad y sin una verdadera cultura, y la cultura que allí se da, se debate entre un arte contestatario y un arte miserable que vive al cobijo de un régimen de oprobio, sin respetar la vida humana, sin respetar las opiniones, sin respetar el derecho a disentir, sin respetar el derecho a ser dueños del destino que nos haga verdaderamente libres para saber apreciar el valor y la dignidad de nuestro pueblo y el alto significado de la cultura en su más bella expresión del sentir de toda nuestra nacionalidad. Y no como ahora comparsa ruin de un despreciable tirano.

2 comentarios:

Rodrigo Kuang dijo...

¿No recuerdas, gentil marianense, como se destruyó el cine Principal de Marianao (antiguo y colonial teatro Principal), un sitio donde José Martí habló en cierta ocasión, por la desidia económica y la falta de luces y respeto por la historia y la cultura?
La cultura posrevolucionaria siempre ha estado supeditada a la propaganda política. Si creamos escuelas de arte, es para luego jactarnos, para reclamar a los artistas que le deben su formación al estado altruista y que por ello no deben traicionar a la patria emigrando cual ratas o mercenarios al servicio de la CIA.
La cultura, como el deporte, se volvió bandera, o parafraseando al apóstol: pedestal, no ara.
No obstante, hermano, nuestra cultura sigue existiendo independientemente del gobierno que la quiere controlar, colonizar y esclavizar. La cultura tiene alma propia, y en algún momento se sacudirá de encima los restos de la decadente ideología, y se nos mostrará, adentro y afuera del archipiélago, como lo que en verdad es: nuestro orgullo mayor.

Angel Collado Ruíz dijo...

Gracias Rodrigo, es muy acertado tu comentario, te visite el domingo y leí lo del club de la salsa, un abrazo hasta Hermosillo, Sonora. angel