La Iglesia Católica se apresta, para en contubernio con Raúl Castro, iniciar una transición sin libertades completas.
Aquí es donde la buena fe de muchos puede estar en juego. Ponerse de acuerdo para facilitar cambios que no conlleven a desmontar la dictadura y permitir elecciones libres y directas , no es más que traicionar a los cubanos y apostar por beneficios a los grupos de poder, incluidos la propia Iglesia Católica.
Cuba requiere transformar todo su decadente sistema, esto no se puede hacer de golpe y porrazo, que bueno fuera, esto es parte de un proceso evolutivo.
Aunque los dictadores digan lo que digan el país no aguanta, la economía no soporta mantenerse en pie, estamos ante una situación caótica y a las puertas de un verano caluroso y con hambre.
La jerarquía tiránica, ve la asociación con el clero como una válvula de escape circunstancial, juegan con fuego infernal, debido a lo acostumbrada que esta la Iglesia a este tipo de procesos.
Europa pudo superar a un Franquismo plagado de curas falangistas, o ¿los habéis olvidado ya? Que la dictadura Castro fascista, nunca tuvo, pues los expulso desde el principio.
Ahora en este preciso momento inician su arribo triunfal, llegaran personalidades sotaneras de los confines del mundo y se harán eventos, congresos y conciliábulos.
Vendrán de Europa y Norteamérica, con aires de Demócratas y con buenas intenciones en la mirada y acostumbrados a esperar, despacio y sin vaselina irán introduciendo en los pocos católicos cubanos, es honesto decirlo, debido al alto grado de sincretismo habido en Cuba desde la colonia, cosa que a la Iglesia Católica nunca le ha preocupado, debido a sus adulteraciones constantes de la palabra de Cristo, ideas de cambio sin afectar al fondo, con la propuesta adormecedora de que no podrá lograrse todo de una vez.
Del otro lado la Dictadura siempre hábil y maquiavélica, los utiliza para repartir opio al pueblo, con la pervertida estrategia de calmar los ánimos que pueden salirse de control rápidamente, al no haber salida para los presos de conciencia y la hambruna generalizada.
Debido a la tozudez del régimen que no permite mediadores honestos y capaces de negociar aperturas necesarias hacia la democracia.
Sobre puntos vitales no habrá cambios en Cuba, y mientras el pueblo no pueda ejercer libremente el derecho al voto, libre y secreto, y por algún tiempo sin reelección, no estaremos ante ningún cambio verdadero y sí, sobre más de lo mismo con otra careta.
Y a estos chanchullos se presta tanto la dictadura, como la oportunista Iglesia Católica.
Mañana veremos las vacías iglesias que yo dejé, repletas de personas, unos creyendo que la Iglesia es el cambio necesario y otros apoyando a la dictadura como siempre, ambos grupos aplaudiendo y hasta algún avispado confesando sus culpillas confesables.
Veo a trastienda una gran mesa servida y las viandas abundantes y los vinos rebozando en las copas champaneras, para con una cena, Satán celebrar en hermosa convivencia, la crucifixión del pueblo incrédulo de Cuba rodeado de los más ilustres personajes que matarían de envidia a los reporteros de la página de sociales del ilustre y nunca bien ponderado Diario de la Marina.
Las cruces en la vía Malecón pueden superar a las puestas por los romanos para colgar a Espartaco y sus aguerridos hombres.
Viva Cristo Rey! ¿Fue un grito en balde de los fusilados por la Dictadura?
Dios no es hombre para mentir.
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