martes, 22 de diciembre de 2009

Un Día. Del poeta Bulgaro Luchezar Lozanov.



Un día tu padre se queja,
y te das cuenta de que no es una úlcera sino un cáncer.
Un día Dodo, que desde hace años mete su hocico húmedo entre tus rodillas
desaparece con su manada
en la no descubierta América de los perros.
Un día aquella mujer
con ojos fustigadores y cuerda esbelta
se convierte en una soga rota.
Un día tu hija
se pierde en un beso
y la encuentras inquieta cuando te acercas.
Un día tus amigos susurran en el aire,
y sus rostros se transforman en sellos.
Un día tu tío te aburre
con sus tonterías de anciano,
con sus ganas de limpiar el polvo de su pasado.
Un día dejas de burlarte de los suicidas
y de llegar tarde a casa.
Incluso tu mujer de nuevo te espera,
te acaricia, se ríe y llora.
Un día ya es tarde para ser tozudo
y abandonas lo que escribes en el cuarto de los niños
para que dibujen en ello los garabatos que hablan de su futuro.
Un día los sueños se transforman de nuevo en placenta
y, sorprendido reencuentras a tu madre,
la misma de entonces,
la que te perdió cuando resbalabas lleno de ilusiones
dentro de la esmaltada bañera,
de este único día,
en el que así, inexplicablemente rápido y doliente,
aconteció todo.

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