¿Por qué no me dijeron?

La juventud es una etapa de experimentación, de cambios y de aprendizaje. El cuerpo sufre transformaciones y la mente se llena de conocimientos que servirán para la etapa adulta.
Una de las cosas que más temen los padres es a los embarazos no deseados, pero cuantos de ellos mantienen canales de información oportunos con sus hijos.
Debido a una educación muy limitada y prejuicios que lastran su entorno los mentores, repiten los viejos patrones asentados en ellos. Convirtiendo la oportunidad de romper viejos esquemas en una ocasión desaprovechada.
La insuficiente información sobre salud sexual, en nuestros hogares, impide poder asesorar a profundidad a nuestros adolescentes.
El amor es la emoción más bellas que conoce el ser humano. Totalmente ligada a los valores y dependiente de estos para acercarse de manera positiva al mundo de las relaciones personales.
El desempeño de un joven con relación a esta materia, pondrá en evidencia la educación integral que recibió.
Muchos son los factores que influyen en las relaciones sin control. Pero todos son ampliamente conocidos.
Entonces mejor es ir tratando el tema en casa y la escuela desde la temprana adolescencia.
Ignorarlo o tratarlo someramente, solo contribuye a permitir lagunas por donde se filtraran las inquietas hormonas y se corre el riesgo de llegar a lamentar desenlaces adversos.
Tampoco soy partidario de hablar del tema como si fuera una conspiración política, en secreto y bajo buenas dosis de misterio.
Se debe enfocar con seriedad tal vez de manera informal, al nivel del joven con quien se habla y de acuerdo a la madurez que posea. Se trata de orientar, no de meter miedo.

Como podemos adentrarnos en el mundo adolescente y tener una conversación adecuada sobre un tema que esta llevando las de perder en una sociedad en crisis de valores.

Recomiendo hablar directamente. Con honestidad y si es posible con peras y manzanas, pero el tema debe quedar claro. La confianza entre padres e hijos esta sufriendo una fractura visible, debido a la excesiva cantidad de información que reciben estos últimos a través de la televisión o la Internet. Mejor es agarrar el toro por los cuernos y ser breves, pero precisos y concisos, al tocar un tema que es vital y definitorio en el porvenir de nuestros herederos.

Los padres debemos dar opciones a los hijos, deportes, estudio y amor, pero amor con responsabilidad. No deseo dar una cátedra de buenas costumbres. Mi intención es hacer meditar sobre la negativa realidad de un embarazo cuando no se desea, ni sé esta preparado en ningún aspecto para ese tipo de evento.

Dialogo, fomentar valores y dar la pauta a nuestros hijos que pueden acercarse a nosotros con la confianza y la camaradería suficiente para plantearnos cualquier tipo de dudas.
Explicarles claramente que la juventud es una etapa maravillosa y el amor en pareja se manifiesta con una belleza extraordinaria. Que van a sentir deseos físicos de atracción hacia la otra persona, pero todavía no sé esta preparado en muchos aspectos para adentrarse en relaciones sexuales. Tomando en cuenta incluso como una realidad las enfermedades de transmisión sexual.
¿Cuándo llegará ese momento? Cuando se tenga la cantidad de conocimientos necesarios para poder cuidarse, planificar o no, si desean tener familia y tengan formado un hogar, que puedan sostener mediante sus propios ingresos.
Aconsejar otra cosa, no es lo adecuado. El mismo crecimiento irá dando las pautas para un autocontrol y una selección correcta de hasta donde debemos llegar con responsabilidad.
Existe un tiempo para cada cosa en la vida, no por acelerarlo será seguro, al contrario, la primera juventud, debe consolidarse en experiencias que permitan un fúturo prometedor y no querrán verse envueltos en situaciones que frustren todos esos planes y, además, los obliguen a cuidar de una pequeña criatura. Todo tiene un equilibrio, seamos capaces de dialogar en familia o buscar expertos en el tema, para evitar sufrimientos innecesarios y recriminaciones de por vida.