martes, 12 de mayo de 2009

Sobre el devenir de un payaso tenebroso.




A raíz de una pregunta que se hacen muchos “ todos tenemos un precio”?


Entre la televisión mexicana y una maniobra desde las sombras ocultas del poder, que prometió ser imparcial y después se volvió mas parcial que los anteriores gobiernos que en su momento critico, se fraguo una estrategia demoledora que jugando incluso con personajes de la alta política española dieron al traste con la esperanza de democracia en México.
La obra estaba preparada y se decidió estrenarla en el canal de mayor audiencia matutina, con el noticiario mas visto, con el payaso más rutilante del estrellato nacional.
Lo demás es historia, el inicio de una campaña perfectamente orquestada desde la presidencia del honorable Sr. Fox, adalid en jefe de la demagogia y demostrador que la incultura no es inconveniente para llegar muy alto.
Dicho noticiario, conducido por un payaso, que en su trayectoria, probo suerte de mil maneras diferentes, con una gama impresionante de personajes excelentes y populares, con calidad insuperable y gozando del respeto y cariño del publico, que lo veía desde sus días en Imevisión hasta su transformación en bufón palaciego al servicio de la burguesía criolla.
Pero los payasos también resbalan, y este tuvo su resbalón, cuando un payaso juega a hablar como pueblo, dice ser parte del pueblo, se comporta como pueblo y habla el mismo idioma del pueblo, no puede trabajar para quien no es el pueblo, ni representa al pueblo, ni cultiva al pueblo, y adormece al pueblo manipulándolo, una actuación así no es digna de un payaso. Deja de ser autentico y se vuelve bufón de feria barata y la vida le pasa la factura.
Prestarse a denunciar una maniobra política en contra de la izquierda mexicana es una minúscula parte del desajuste que este país arrastra y que no acaba de subsanarse dividiendo opiniones y apoyos, viviéndose cada día los resultados de una sensación innegable de fraudes y cohechos, incapacidad y contubernio, donde quien salió peor librada fue la inercia de democracia vivida en el año 2000, de la cual no queda el menor rastro.
Lo menos que muchos esperábamos de un payaso que en su momento fue o simulo ser un personaje con ideas progresistas, era no aceptar participar de un juego que acabo engulléndolo y hoy lo tiene en él más oscuro de los estudios televisivos, el payaso mata al payaso, por no tener la dignidad de renunciar a ser usado para golpear.
Esto no significa que la actuación de un político como el Sr. Bejerano o la de un truhán empresario se justifique, pero en un México políticamente corrupto es menester exhortar que alguno lance la primera piedra, se sorprendería medio mundo al ver los resultados.
Pobre trayectoria de un payaso tenebroso, exitoso y pernicioso.

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