México necesita un Ejecutivo con sensibilidad y determinación, pero hay situaciones en la vida de los mandatarios que impiden tomar las grandes decisiones que los momentos históricos ameritan.
Se hace, desde algún salón de la casa de Gobierno, un llamado espectacular al patriotismo y la amabilidad nacional, para reactivar al sector turístico, tercer rubro en aportar capital a las arcas de la nación, y en estos momentos seriamente dañado por el efecto psicológico que ha dejado la resaca epidemiológica.
Es cierto que muchas son las familias que directa e indirectamente viven del turismo y están en estos momentos pasando situaciones muy serias con relación a sus ingresos diarios.
Pienso en los tejedores de hamacas de Mérida, Yucatán, hermanos queridos, en los que ofrecen reproducciones de figuras prehispánicas, en cualquier lugar de este vasto mosaico cultural indigenista.
En los taqueros y lancheros en Boca del Rió, Veracruz, gente humilde, que ya venia siendo muy golpeada por la crisis.
Las distintas ciudades coloniales, como San Miguel de Allende y Patzcuaro, Campeche, Guaymas, y muchos lugares más, Que viven gracias al turismo.
Puedo mencionar muchísimos lugares,todos están igual de afectados.
Can Cun , Distrito Federal, Chiapas.
Pero otros sectores también están resintiendo la demoledora fuerza de una crisis mundial que deja a obreros en la calle, o en el mejor de los casos los limita a tres días de labores y el consabido recorte salarial.
Sin embargo las campañas electorales no han sufrido merma alguna, hay dinero suficiente para acarrear, comprar participantes, músicos y toda la parafernalia de una democracia enferma de corrupción y mentiras.
Donde los políticos se turnan en hacer uso y abuso del poder, sin ser cuestionados o enjuiciados por sus ilícitos, algunos se cambian de partido según sean sus intereses sin tomar en cuenta la ética política, que si existe, aunque no la conozcan.
Enfrentan a un pueblo cansado de argumentaciones vacías y esta siendo muy penoso levantar corum sin verse cuestionados, sin tomar en cuenta, que en México las campañas políticas se asemejan a los magos del Oriente, repartiendo promesas, solo que cada vez es más difícil, engañar al pueblo.
Esperábamos algunos ilusos, un aviso mediante cadena nacional y el secretariado en pleno, para anunciar a la nación el recorte del 75 % de las campañas políticas y otorgar un bono familiar que permita comprar al menos algo de la canasta básica, no deja de ser medida demagógica y superficial, pero al menos más efectiva que el derroche diario de recursos salidos de los bolsillos de un pueblo que espera no solo a los turistas, también medidas coherentes para sortear la crisis que tiene al país en vilo.
La gente humilde espera turistas para poder hacer frente a sus compromisos, el país espera políticos que sepan ser sensibles a la problemática nacional.
Se hace, desde algún salón de la casa de Gobierno, un llamado espectacular al patriotismo y la amabilidad nacional, para reactivar al sector turístico, tercer rubro en aportar capital a las arcas de la nación, y en estos momentos seriamente dañado por el efecto psicológico que ha dejado la resaca epidemiológica.
Es cierto que muchas son las familias que directa e indirectamente viven del turismo y están en estos momentos pasando situaciones muy serias con relación a sus ingresos diarios.
Pienso en los tejedores de hamacas de Mérida, Yucatán, hermanos queridos, en los que ofrecen reproducciones de figuras prehispánicas, en cualquier lugar de este vasto mosaico cultural indigenista.
En los taqueros y lancheros en Boca del Rió, Veracruz, gente humilde, que ya venia siendo muy golpeada por la crisis.
Las distintas ciudades coloniales, como San Miguel de Allende y Patzcuaro, Campeche, Guaymas, y muchos lugares más, Que viven gracias al turismo.
Puedo mencionar muchísimos lugares,todos están igual de afectados.
Can Cun , Distrito Federal, Chiapas.
Pero otros sectores también están resintiendo la demoledora fuerza de una crisis mundial que deja a obreros en la calle, o en el mejor de los casos los limita a tres días de labores y el consabido recorte salarial.
Sin embargo las campañas electorales no han sufrido merma alguna, hay dinero suficiente para acarrear, comprar participantes, músicos y toda la parafernalia de una democracia enferma de corrupción y mentiras.
Donde los políticos se turnan en hacer uso y abuso del poder, sin ser cuestionados o enjuiciados por sus ilícitos, algunos se cambian de partido según sean sus intereses sin tomar en cuenta la ética política, que si existe, aunque no la conozcan.
Enfrentan a un pueblo cansado de argumentaciones vacías y esta siendo muy penoso levantar corum sin verse cuestionados, sin tomar en cuenta, que en México las campañas políticas se asemejan a los magos del Oriente, repartiendo promesas, solo que cada vez es más difícil, engañar al pueblo.
Esperábamos algunos ilusos, un aviso mediante cadena nacional y el secretariado en pleno, para anunciar a la nación el recorte del 75 % de las campañas políticas y otorgar un bono familiar que permita comprar al menos algo de la canasta básica, no deja de ser medida demagógica y superficial, pero al menos más efectiva que el derroche diario de recursos salidos de los bolsillos de un pueblo que espera no solo a los turistas, también medidas coherentes para sortear la crisis que tiene al país en vilo.
La gente humilde espera turistas para poder hacer frente a sus compromisos, el país espera políticos que sepan ser sensibles a la problemática nacional.
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