La verdad ha pasado fiel ante nosotros
con su rostro sereno
merodeando al mundo
pero fue olvidada.
Cansados de todo
fuimos a refugiarnos al cabo
en la mentira
la poseímos como único recurso
nos vestimos de ella
otorgandola abundante.
Queja fue de nuestro diario vivir
lacerando nuestras bocas
enclaustrándonos en modos
que solemos llamar vidas.
Desarraigados somos
de mundos privilegiados
porque ante la luz divina
preferimos el lodo.
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