Muchos somos los que nos hacemos esta pregunta. Veremos llegar el día en que la tecnología y las crisis transformen este tan necesario amigo en otra cosa? Si continuamos por este camino de seguro acabaremos escribiendo sobre los libros en tiempo pretérito.
Podríamos achacar la culpa a la crisis económica mundial. Pero no estaríamos siendo totalmente justos. Lamento decir que diversos factores conspiran inconscientemente provocando una tendencia negativa hacia los libros, considero que se estimula poco la lectura en el hogar, debido a otra cantidad de factores claves, el estimular no entra dentro de las prioridades básicas de la familia promedio mexicana. Agobiados en sacar adelante su economía de subsistencia, la inmensa mayoría trabajando mas de ocho horas al día y las cabezas de familia sin un habito positivo inculcado desde niños, esto da al traste con la labor importantísima de la enseñanza. Se aprende a leer y escribir, en un nivel muchas veces de preescolar o primer año de primaria, pero no existe una estrategia definida, un proyecto audaz y atractivo que logre acercar niños a las bibliotecas. No podemos dejar a un lado los altos costos a la hora de querer adquirir un libro, la mayoría de las veces, se tiene una suerte de “cine o sardina” como decía el escritor Cabrera Infante, o leemos o comemos, si llegamos al punto que es difícil decidir la compra de un libro debido al agobio económico por el que pasan los padres, obreros o campesinos mal pagados , el alto precio y el no poseer un habito de lectura en la inmensa mayoría de la población, es cosa de ponerse a meditar y juntos , todos los interesados hacer un proyecto que rompa el circulo peligroso y nocivo de la incultura, los padres deben entender que el dinero es un satisfactor, pero ni motiva , ni educa. Y en muchos casos es altamente destructivo. Cuando en México se manejan estadísticas de lectura, queda siempre la enorme duda sobre que bases se fundan dichas cantidades expuestas, por lo pronto salen de la cantidad de libros que reportan las compañías que se dedican a estos afanes, se divide entre la población con posibilidades técnicas de lectura y se emiten las cifras, datos difíciles de corroborar, pero igualmente alarmantes, las estadísticas pueden no ser todo lo confiables que se desean pero indican que la lectura va a la baja peligrosamente.
El primer responsable de revertir esto es el gobierno de la Republica, teóricamente deseoso de formar una población con cultura y conocimientos suficientes, mientras mas se apueste a la preparación de un pueblo mas estará en posibilidades de hacerse grande y prospero, no basta que sepan lo elemental, de un mundo hasta ahora bastante desconocido, yo pienso como Marti , de una manera practica y con una pedagogía localista, necesitamos que nuestros alumnos sepan quien fue Octavio Paz, único premio Nóbel de Literatura en México, desgraciadamente me ha tocado comprobar que muchos, en el nivel que imparto , no lo conocían, aunque desconozcan quien fue Shakespeare, el autor de Romeo y Julieta, nos debe interesar menos, por que nadie debe apreciar lo ajeno antes que lo propio, debemos estar orgullosos de nuestros valores , al menos conocerlos y nombrarlos, seria pedante hablar de alguien que no es nuestro.
Por otro lado tenemos a los padres y tutores, responsables directos de orientar a los hijos sobre los libros adecuados a cada edad, y las opciones más económicas para adquirirlos, incluidas las librerías y bibliotecas.
Incluyome en este grupo de entusiastas, como educador, cada día se puede fomentar el buen habito de la lectura desde una simple pregunta al estudiantado, olvidaran pronto la ley de los vasos comunicantes o la ley de gravedad, pero retendrán en su memoria las imágenes de las aventuras paradisíacas de 20,000 leguas de viaje submarino u otro tipo de literatura infantil o juvenil que siente las bases para crear conocimientos y bagaje cultural desarrollando la imaginación.
Por ultimo las grandes editoriales que ahora sufren la embestida de una crisis generalizada, deben poner a trabajar doble tiempo a sus agencias de mercadotecnia, no con el afán de armar ofertas al dos por uno sino de acercar el libro a las personas de cualquier edad mediante estrategias con sentido humano, tal vez así evitemos tener que ir un día al entierro del ultimo de los libros.
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