Abren las inocencias caminos nuevos
sin sucumbir al odio que las rodea
cierran los ojos de los que sueñan
morirse en paz un día cualquiera.
No siendo falsos los resplandores
como las olas llegan los besos
de los otoños que te ofrecieron
como las olas vuelven al mar
Las tiernas líneas de la hermosura
suelen a veces nublar la vista
quién se resiste a tan dulce dicha
morder los labios sin padecer
Si el odio alberga tu corazón
no me reproches por los excesos
por que las penas suelen volver
vivir llorando no implica el precio
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