martes, 5 de enero de 2010

Lo que digo no lleva destinatario, es dicho para quien desee leer.

Toda persona es importante como tal. Ningún ser humano es superior a otro. Todos estamos llenos de aciertos y yerros. Nos caracterizan nuestras pasiones, solo nos diferencia nuestro amor a la entrega.
Sin amor hacia los demás y sin ese alto sentido de ser útil, nada valemos. Lo podemos demostrar levantándonos de nuestras caídas y reconociendo nuestros desvaríos. Nada honra más como persona que reconocer un error.
Lo contrario a este discurso es la vanidad y el ego mal enfocado, que no permite dimensionar las relaciones entre iguales, creyendo que por algunas virtudes o habilidades personales, merecemos trato especial o distinciones extras.
Hacer es necesario, callado y efectivamente, que no se lucha para el aplauso, ni el premio , si no para el disfrute de algo que no puede ser medido por aplausos , a sabiendas que no somos mas que sembradores y ninguno debe aspirar a recoger una cosecha que han dejado sembrada muchos que hoy abonan cementerios desconocidos. Dejemos a un lado las actitudes protagonistas y mediocres de gente dada a la foto y al concurso y pongamos sobre la mesa de la confrontación, los argumentos que serán testigos de nuestra obra para heredar a las futuras generaciones, sin ambigüedades y cofradías de pequeños. Démonos la oportunidad de ofrecer a nuestros hijos la dignidad de habernos metido en algo que reluzca y valga. Y dejemos a un lado las pirricas batallas de liliputienses, que nada bueno procuran y desaniman y confunden a quienes necesitamos el esfuerzo para hablar de libertad. A sabiendas que los tiempos son duros y empeoran y no para servir de portada a la revista de moda. Al concubinato de los colaboracionistas y hasta de espías encubiertos que andan sembrando enemistad para postergar en el suelo querido la plaga de la dictadura.
En esta hora de cuestiones mayúsculas, no valen aptitudes diversionistas y estratagemas confusas, que sirven para debilitar posiciones que se han logrado cuando todos hemos dejado a un lado nuestra pequeñez, para sumarnos a una causa mayor: Cuba.

3 comentarios:

Robe dijo...

Gracias por el post amigo Angel, por supuesto estaba entre los que deseaba leer... Una vez mas por Cuba...nuestra Cuba.
Un amigo en comun me recomendo tu blog y le doy tambien las gracias.
Saludos y nos mantendremos en contacto

Angélica Mora dijo...

Amigo, anda perdido.
Muy bueno su articulo.
Un abrazo de Año Nuevo y felicidad durante sus 365 dias para ud y esposa.

Oreja y lápiz dijo...

Hola Angle, es la primera vez que lo leo, me impactado lo directo que es, me sorprende. Soy de Paraguay, libertad para Cuba