sábado, 17 de enero de 2009

La libertad no nacio en enero.

Valoraciones de la libertad mas que opiniones, son a veces las cuestiones que planteo, las que me hacen estallar contra los que quitan la libertad a mi pueblo.

Nadie puede apropiarse de la necesidad trascendental de ejercer el derecho a expresar sus puntos de vista y negar el mismo derecho a los demás. Al hacerlo se reprime brutalmente la necesidad de exteriorizar las libertades personales.
El método mas socorrido es obligar a los otros a aceptar que la expresión propia es la mas indicada para tomarse como buena.
Sin embargo hay que desconfiar siempre de lo que nos dicen que pensemos los que están encima en la jerarquía de mando hasta tanto podamos constatar por nosotros mismos que lo dicho se apega a la realidad objetiva y no a un mero capricho de ideas personales, que persiguen un propósito oscuro y contrario a los intereses colectivos.
Este punto discutible, es lo que nos permite, al hacer uso de un derecho natural de critica, la construcción más creíble de los proyectos donde se nos involucra como seres humanos.
No podemos aceptar ser parte de un entorno que se pretende transformar sin crear un mecanismo de critica que libere y agote todas las visiones oportunas que se requieren para, con el consenso colectivo proceder entonces si, a la construcción del proyecto involucrando a todos.
De este enfoque de discusión y análisis a adolecido el proceso revolucionario de Cuba.
Marginando y desligando las partes interesadas de la profundidad analítica de la critica.
Al desterrarla del proceso, convirtiéndola en agente contrarrevolucionario se facilito la proliferación de errores provocada por la vertiginosa aceptación de las ideas personales volcadas en aluvión como buenas o positivas.
Mucho daño se le hizo al proceso revolucionario por no ejercerse una critica a profundidad concientes del lado propositivo del riesgo no siendo valorado el efecto nocivo que todo enfoque propiciaba en el deterioro subsiguiente de muchos planes ejecutados al vapor y planteados débilmente, la mayor cantidad de estos directamente imputables al propio líder máximo de la revolución cubana.
Al no tener una contraparte racional y critica, se aboco a la tarea de actuar con la libertad que da el no saberse criticado, cuestión por demás, que sienta las bases para este estado de cosas, que padecemos hoy.
Planes, proyectos, construcciones, guerras, misiones y miles, miles de oportunidades derrochadas, desperdiciadas, tiradas al basurero de la historia.
La revolución se convirtió en un experimento caro con recursos aportados por un grupo político que no le interesaba una isla desarrollada y con una economía potente, si no un viejo buque de guerra, anclado en medio del caribe, con el único y mediático valor de servir de amenaza latente a la tranquilidad de la región.
No importaba que un tirano sin responsabilidad derrochara el dinero que llegaba puntual a las arcas que eran propiedad del ególatra.
Nadie cuestionaba errores, ni emitía balances negativos, mientras como hotel de paso los mas variados personajes del terror mundial eran recibidos y entrenados por cuerpos elites de la seguridad del estado capaces de servir de personal de seguridad al extinto presidente chileno Salvador Allende, como traficar con diamantes y cocaína.
Muchos han sido los cómplices en este enorme cohecho de tolerancia, que ha sido mantener con vida un sistema inoperante y en ruinas constante.
Toda la carga material y moral recae sobre los hombros de un pueblo que confió en el embrujo de los discursos vacíos de un hombre que abusando de su carisma, rebajo a estados de pobreza nunca vistos, de depauperación y miseria a un país que tenia lograda la base idónea para dar un salto cualitativo espectacular a principios de los sesenta.
La lección recibida es contundente, continúan en caída libre. Aferrados a cuanta promesa y oportunidad surge para demorar un poco la estrepitosa caída..
La crisis mundial, es oportuna en demostrarnos la magnitud de la tragedia.
No podrán por mas que se empeñen países como Brasil y Venezuela, liberar recursos destinados a paliar la bochornosa situación imperante en la isla, sin correr ellos mismos el riesgo de verse fracturados.
Déficit en la construcción de casas, salarios de miseria, imposibilidad real de sacar al campo adelante debido a los costos de maquinarias y diesel.
Y aunado a esto la negativa de autorizar a los sectores involucrados que tomen la iniciativa de poner a andar sus propios planes productivos con recursos que les permitan ser autosuficientes e independientes de la maquinaria oficial tan controvertiblemente obsoleta.
Es necesario desmantelar y reorientar hacia sus verdaderos objetivos a organismos controladores de gobierno que mantienen un divorcio espectacular con los grupos que dicen representar.
El pueblo ignora quienes son sus representantes y sabe que en nada cambia el que voten o no por ellos.
La juventud no tiene entre sus prioridades obtener un puesto de trabajo a sabiendas que recibirán un salario ficticio en una economía figurada.
Destrabar esta paradoja es replantear transformar el proceso actual, cuestión que desactivaría los mecanismos que mantienen con vida al aparato explotador estatal aprovechando la fuerza productiva que genera una masa obrera en condiciones modernas de esclavitud.
A todo esto, tiene el obrero que sufrir continuamente el chantaje emocional de escuchar que a cambio recibe unos servicios medicos dignos de una película surrealista y unos estudios que proyectan personal capacitado a un mercado laboral que no permite vivir del fruto del sudor de su trabajo.
Para mano de obra exportable son preparados, para que vayan como médicos por el mundo, alejados de sus familias, contratados por sueldos que dan risa y les prometen sueños de victorias socialistas en los que nadie cree a estas alturas.
Pero no son muchas las opciones a la mano.
Después de los ciclones pasados, el país se acostumbra a vivir entre los escombros que quedaron tirados, las promesas volvieron a esfumarse.
Y culparan de los retrasos a esta crisis que mantiene a todo mundo a la expectativa.
Los rumores de un serio deterioro en la salud del otrora Caballo de Biran, no hace mas que acrecentar la inoperancia generalizada.
Y el viejo comandante que fue situado al frente ha demostrado en estos pocos meses, un cúmulo de pifias lo bastante serias para dudar de su elección unipersonal.
El pueblo no lo quiere eso es mal síntoma, no emprenderá acción que no sea boicoteada, si es que al menos logra con coherencia implementar algo que pueda llevar de principio a fin.
Quedo abandonada nuevamente la reforma agraria, los avances saláriales no dejaron de ser otro proyecto fracasado.
Vender celulares y aparatos caros, no evito el disgusto de la gente.
No se abrió Cuba al mundo de la Internet, ni proliferaron las mediocres computadoras chinas.
Se sigue sin esbozar públicamente un programa económico de emergencia y ya son mas de cinco veces, que plañideramente, pide iniciar conversaciones oficiales con el gobierno norteamericano.
Será acaso que espera ver subsidiado los restos mortales de la revolución cubano con el dinero de los contribuyentes norteamericanos.
Solo eso quiero ver. En fin nada podría ya sorprenderme.

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