Antonio Villareal, es el primer preso político, trasladado a un hospital por la dictadura cubana después de las conversaciones con la jerarquía católica.
Ha sido ingresado en un hospital Psiquiátrico.
Debemos exigir a la nunciatura Apostólica Romana, que interviene en estas negociaciones para que supervise el estado actual de salud del prisionero y certifique que no padece ninguna enfermedad mental.
Villareal corre el riesgo de ser tratado con métodos de tortura muy conocidos como el electroshock y medicamentos que alteren su razonamiento y su salud.
Si la Iglesia Católica se metió a redentor, es necesario que nuestros presos no salgan crucificados.
Desde ahora y desde aquí los hago responsables, tanto a la dictadura como a los dialogueros Católicos.
Sobre las consecuencias de una maniobra tan cruel e inhumana como esta.
Si dejaron morir en el Psiquiátrico de la Habana a unos pobres e infelices enfermos, no vinculados con la disidencia, que no serán capaces de hacer con nuestro hermano Villareal.
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