Hay cuatro, cinco valientes más en huelga de hambre en Cuba. No podemos permitir que se repita otra muerte en estas mismas condiciones que solo trae sufrimiento e impotencia a nuestra patria. A la familia cubana, a hogares ya de por sí muy sufridos y maltrechos.
Se requiere de alzar la voz y crear conciencia desde nuestros propios destinos de vida, para concientizar a otros pueblos de la actual escalada represiva de una dictadura que aún muerta en sus proyectos y en sus calamidades, lleva la represión hasta las últimas consecuencias, y no abandonará el poder de manera pacífica, a no ser por la presión internacional y la voluntad de todos los hombres de buena fe y de principios democráticos y libertarios.
La enunciados que en su día enarbolo la revolución cubana, hoy traicionados sus principios y su pueblo, es mancha de sangre sobre la insignia nacional.
Hoy esta revolución traicionada por los hermanos Castro Ruz y un grupo de sus secuaces, actúa bajo los conocidos postulados de un grupo mafioso.
Hoy estos personajes nefastos le arrancan la vida a cualquiera que intente retornar al camino de la libertad y los principios y la dignidad humana.
Ensangrentados, desprestigiados y vulnerables ante la comunidad mundial, viven sus instantes críticos, bajo la mirada cómplice de otros presidentes Americanos, y europeos, pero ante la condena moral de los pueblos de la tierra.
La sangre de los héroes les demanda renunciar, pero están tan embebidos en su prepotencia y en sus prebendas, dueños de los dineros públicos, corruptos y corrompidos. Que no saben de moral, de principios, ni de respeto a la vida y la libertad.
Se hace imprescindible avisar a la opinión pública que demorar un poco más los cambios políticos y económicos y libertarios en la isla –prisión de Cuba, conllevara un desbordamiento de los ánimos y una masacre de dimensiones no previstas, y cada uno de los actores políticos de nuestro mundo, que hoy se precian de demócratas y amantes de la libertad, quedaran embarrados con esta sangre del sufrido pueblo cubano.
Por tanto y en lo que a mi atañe , lanzo públicamente la pregunta:
¿Qué intereses mueven al jefe del ejecutivo de México, un país que a duras penas transita hacia una democracia, y cuyos postulados son precisamente el respeto a los derechos humanos, para iniciar un viaje próximo a un lugar donde triste y públicamente se viola todo respeto a la vida?
El gobierno de México, no es un gobierno que provenga de la Izquierda, es un gobierno que emana de un partido que sabe perfectamente que es democracia y que es dictadura.
La Doctrina Estrada, es un concepto de alta diplomacia, pero supo en su momento histórico romper lazos con la sangrienta dictadura de Pinochet, acaso la dictadura Castrista es de un tono menos dramático.
Cuántos muertos más se requieren para normar una dictadura.
Si el interés es tender puentes, una vez lograda la caída de la dictadura, usted Sr. Ejecutivo, llevará sobre su conciencia el estigma de haberlos consecuentado. No piense, tal vez ingenuamente, que su visita cambiara en algo la represión y la persecución desatadas.
Los presos políticos y de conciencia, no son moneda de cambio, ni rehenes para complacer visitantes, son personas, con hijos, madres, esposa y anhelos de libertad, idénticos a los que usted pregona cada día en su vivir.
Por tanto le ruego recapacite en su viaje a una tierra ensangrentada y sufrida por la avaricia, la codicia y la falta total de libertades.
El decoro, la valentía y la dignidad, no son monedas de cambio para los hombres.
No mancille los ideales de democracia, libertad y anhelos de paz y justicia que hermanan a nuestros dos pueblos.
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