Se lleva a cabo en la bella ciudad de Can Cun, una importante reunión de personalidades del mundo de la política latinoamericana.
Las imágenes dejan ver a un presidente haitiano, sumamente agradecido con todos.
Me toco ver en el noticiario de la mañana a un Chávez, desentonando un trozo de México lindo y querido.
Cancilleres, presidentes y algún que otro tirano, por supuesto de anfitrión el hombre al frente del ejecutivo mexicano.
Según los trascendidos, el punto de la ayuda a la Republica de Haití, figura como primordial en dicha agenda.
Se intenta crear un esbozo de organismo regional capaz de incluir a todos los países del continente a excepción de Canadá y Estados Unidos de Norteamérica.
Sin embargo tantas buenas iniciativas nacen destinadas al fracaso.
Otra vez se juega México, en la figura de su gobierno, el prestigio que debe cuidar y envía un mensaje que muchos no logramos asimilar como correcto.
Honduras ha quedado fuera, sin embargo gobiernos a todas luces represores y tiránicos están sentados a la mesa de diálogo.
Tamaña hipocresía no puede ser pasada por alto.
¿Si la iniciativa fue mexicana, quien en este gobierno determina quien sí y quién no es digno de participar?
Qué hace un represor como Chávez junto a un presidente de Chile, o que pinta el tirano del trono heredado, la tiranía más brutal de América durante más de 50 años, al lado de presidentes de países como Brasil o Argentina, que teniendo gobiernos de izquierda no han osado convertirse en dictaduras.
No sería mejor fortalecer al organismo continental actual la OEA, en vez de apostar por la división o su desaparición.
Integración sin democracia , sin respeto a los derechos humanos y sin libertad de expresión, es pura hipócrecia.
Muchos quisiéramos que hubiera un consensó positivo en las gestiones y la intensión fuera valida, mucho me temo que si el ejecutivo mexicano no ha podido lograr tal labor en terrenos domésticos, muy difícil ha de serle la arena internacional.
Y aún falta por escribir sobre el viaje próximo a la isla prisionera.
Que puede aportar en cuestiones de libertad y democracia un viaje del representante de México a la dictadura más sangrienta del Caribe.
Tendrá el respeto a los derechos humanos de los cubanos, el firme respaldo del gobierno de México, o volveremos a las ladinas políticas del viejo PRI, de sacar al odiado gato verde del agua.
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