Se cumple un aniversario luctuoso más, del indigno fusilamiento de ocho estudiantes del curso de medicina de la Universidad, por la metrópoli imperial española.
Corría el año de 1871 y desde 1868, los cubanos se habían alzado en armas contra el dominio español, guerra que duro 10 años y muchas perdidas en vida y el derrumbe de la economía insular.
Gonzalo de Castañón había sido un periodista español fallecido en Cuba y reportero a favor del colonialismo. Los jóvenes en un día de asueto se paseaban por el Cementerio de Espada. Apareciendo la losa del tal Sr. Castañon rayada. Ocasión que aprovecho la corona para inculpar a los estudiantes hacerle juicio y fusilarlos. En el colmo de la injusticia fue asesinado uno que no estuvo incluso en el cementerio mencionado.
Con estos hechos España demostraba su prepotencia y su alevosía y la impotencia mayúscula por no poder impedir el desarrollo de una guerra que demostró al mundo el espíritu libertario del pueblo de Cuba.
Hoy estamos ante un régimen con características bastante similares y no dudo que en cualquier momento se repitan sucesos que pongan en peligro la vida de nuestros jóvenes, por ello cobra fuerza el antaño suceso. Porque las dictaduras no se diferencian en nada de los poderes colonialistas. Actúan con la misma rapiña y voracidad.
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