La política es una Ciencia , no un juego, y mientras no se compruebe lo segundo se debe tomar con toda la seriedad del caso. Voces enardecidas culpan al líder del PRD, Andrés Manuel López Obrador, de las derrotas en los tres Estados donde hubo elecciones este fin de semana.
Como si la propuesta del mismo no hubiera sido abundantemente analizada.
Es preferible perder una elección y conservar los principios por los que se lucha, que intentar ganar asociándose con quienes no se tiene nada más en común que el nombre genérico de Partido.
Habría que cuestionar sí los lideres del PRD que se aferran a ganar, aunque sea mediante alianzas con aquellos que tienen ideales ajenos al pueblo, valoran que la política es también una escuela de principios y honestidad.
Acaso ganar sea el afán de algunos de ellos , sin medir las consecuencias de intentar gobernar con programas totalmente antagónicos.
Cuando cese el golpeteo mediático a que nos tienen acostumbrados algunos personajillos mediocres, veremos la luz en la coherente postura de un hombre que no es perfecto pero es sincero.
Detrás de alianzas de este tipo puede esconderse el viejo sueño de algunos iluminados de convertir a México en un país de dos partidos. Por supuesto ambos de derecha.
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