¿Puede alguien con total
honestidad decirme el rumbo que lleva el Gobierno cubano?
Creo sin temor a
equivocarme que ni los estudiosos de tales temas, ni los “cubanologos” e incluso
ni el propio Raúl sabe que piezas mover a corto o mediano plazo.
Cuando la novedad de poder salir
o entrar pase, ya está llegando ese momento, pues no es racional que alguien se
mueva de un país a otro, por cercano que este, como si fuera un viaje
interprovincial, ¿Qué otra cosa empezará a mover el piso de los cubanos?.
Motivos sobran, pero no podrá el
Estado ir tapando hoyos como si fuera un viejo techo, que de hecho tal vez lo
parezca de tan perforado por la ineptitud, pero muy remendadito a base de
golpizas y terror sembrados.
Confiesa el dictador en turno que
los cambios efectuados no dan el resultado esperado.
Pregunto con vehemencia: ¿Y qué
podía esperarse de cambios sin participación ciudadana? No creen que va siendo
hora ya de abrir la puerta del Poder Popular y dejar participar otras voces
frescas que traigan no solamente ideas nuevas, si no contrapuestas.
Si se hace de la manera más
honesta, se debe reconocer que gran parte de la culpa de todo el deterioro
actual se debe a la toma de decisiones en petit comité.
Y para ser sinceros, los
resultados hablan por sí solos del papel desastroso del liderazgo.
Cuba me recuerda cada vez más aquella
película de los años setenta, en que una familia se queda encerrada en su
propiedad a la espera que la revolución termine.
Hoy hay un país completo encerrado
a la espera que la revolución cuelgue los tenis.
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