sábado, 27 de julio de 2013

Se agotan las mentiras

¿Qué dijo Raúl Castro, el tirano cubano en turno, este desangelado 26 de julio?

Su hermano Fidel Castro tuvo acostumbrado al pueblo, hábil manipulador de masas, a cierta cantidad de retórica y noticias tergiversadas y la más de las veces falsas, sobre avances, construcciones de fábricas, u otros anuncios  espectaculares.

Hoy el discurso refleja el deterioro y el profundo cansancio de los burgueses comandantes. Preocupados tras bambalinas por la desintegración moral y política de la sociedad, que ellos mismos, no otros, tuvieron la responsabilidad de educar y proyectar hacía un futuro de hombres nuevos y que definitivamente acabaron destrozando.

Nada nuevo para decir que alabar a los que mantienen medio con vida el mito de una revolución avenida en cruel dictadura.


Donde solo los cómplices, los oportunistas, y los arribistas, son capaces de seguir llamando el primer territorio libre de América.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Claro, Angel, claro...pero lo que no se agota es el agotamiento popular. El pueblo cubano parece tener un inagotable aguante. Todo se arregla "resolviendo" el diario e "inventando" la cosa.
Pero debemos tener claro que el envilecimiento se hace contagioso y se convierte en un mal habito.
Aun recuerdo aquellos tiempos de zafras cuando algunos protestabamos contra la infrahumana existencia a la que nos sometian los castrocomunistas, y sin embargo cientos de envilecidos jovenes nos criticaban por nuestra "inconformidad".
-Por culpa de ustedes nos van a "embarretinar" a todos- clamaban aquellos debiles mentales.
Ellos, cuando llegabamos al campamento, se conformaban con el magro e incomible chicharo con golgojos, arroz con rancia espuma y algun que otro huevo gris...
Y, despues, se dedicaban a tocar tumbadoras como si nada estuviera pasando.
Por eso te digo, mi buen Angelito, las mentiras del Demagogo en Jefe eran muchas y variadas. Pero los creyentes en aquellas mentiras eran muchos y mas variados aun !

Angel Collado Ruíz dijo...

Gracias Obispo, al fin alguién que vivío aquellos negros ayeres!

Pueblo rumbero con poco compromiso debíera yo decir.

Lo cierto que cada uno hemos , de alguna manera, contribuido a perpetuarse a los tíranos!
Saludos afectuosos
desde México!