Los eventos políticos, más que ser comparados con otros procesos similares, deben dar frutos. Si los frutos son positivos la historia los registrará en automático. Por supuesto que la revolución cubana ha dado muchas lecciones al mundo, es innegable. Entre los mayores está, el evitar divorciar al capital de las reformas inherentes a cada lugar en especifico. Evitar entrometerse en guerras y conflictos ajenos o circunscritos al ámbito regional, y sobre todo procurar aceptar que se requiere preservar la libertad de cultos, opinión y de partidos políticos, este último es requisito democrático imprescindible, para poder ser un verdadero país libre.
Todo esto fue abolido en Cuba, de un discurso se llegó a reducir la cuota azucarera a la población y con otro, se nacionalizo todo el esfuerzo que durante décadas había hecho el capital criollo, llevando al país a una zona bastante confortable, sin ser la ideal, en comparación con grandes naciones que la rodean.
Después de 66 años del triunfo de la revolución, no queda en pie un solo logro de aquellos que se hicieron en los primeros años, excepto, quizá, la exitosa campaña de alfabetización. Aunque los resultados educativos y culturales en la actualidad dejan mucho que desear.
Pero la pregunta que muchos se hacen es esta, dónde está ubicada la economía cubana, debido al "arroz con mango" en que está sumida y el futuro inmediato, debido a la inflación, la caída en la afluencia de turismo y el escaso desarrollo de la industria y los servicios. Qué se espera? con relación a los resultados palpables, y las alarmantes cifras que indican que no hay un solo rubro que reporte avances o síntomas de avances. La mayoría de los números están en rojo, "in crescendo".
Por mucha imaginación que se tenga, ningún cubano creyó ver este estrepitoso descalabro nacional, la otrora azucarera del Caribe, hoy importa azúcar. Por solo poner un ejemplo. Dónde quedó aquel experimento del Tirano en Jefe de cruzar ganado vacuno y acabó dejando al pueblo sin carne y sin leche.
La nación autosuficiente en frutas y verduras hoy ofrece un paupérrimo, por no decir ridículo, abanico de ofertas.
Cuánto debe degradarse la vida, cuánta miseria, pobreza y humillación debe sufrir nuestro pueblo, viendo como una casta de hacendados conducen al país al desbarajuste y la represión militar.
Hasta cuándo los militares entenderán que su deber y su honor está en velar por el bienestar del pueblo y no defender los beneficios de un grupo de traidores a Cuba. Que su lugar en la historia no es de represores del pueblo. Recordar que el Ejercito Mambí nos dio una patria libre, "de todos y para el bien de todos"