Desde un albañil que labora a tres metros del suelo sin correas de seguridad, hasta un minero que aspira polvos que son nocivos a la salud, vivimos en una sociedad inescrupulosa y apática, donde nuestros empresarios miran solo la utilidad y las ganancias y los hombres que producen tales , son vistos como mano de obra barata, al más burdo estilo esclavista.
Se llenan la boca los patrones para decir que han creado fuentes de trabajo, y se coluden con los gobiernos para no proveer de prestaciones a los obreros.
Se trabaja sin Seguro Social, sin derecho a antigüedad, sin medidas de seguridad industrial, sin sueldo por peligrosidad, se trabaja a expensas de un dueño rico que explota al asalariado sin respeto al ser humano , que a ojos vistas nos sitúan entre los países donde peor esta distribuida la riqueza, no se hace nada para cambiar las leyes laborales y dar al trabajador no solo el valor que representa para la sociedad, también la garantía de ser respetado y valorado.
Hacen firmar a los empleados contratos y pagares en blanco , para utilizarlos de espadas de Damocles sobre la cabeza de los mismos.
Se mofa la patronada de las personas que emplean y no las bajan de inútiles e incapaces y cuando la suerte deja de favorecerlos, la emprenden con cuantos recursos tienen para despojarlos de lo poco que han logrado poseer y amenazarlos hasta con el uso de la fuerza publica.
Urge que nuestros políticos se pongan de una buena vez del lado de quienes votan por ellos y se conforme una ley laboral que nos lleve a la modernidad y todos los beneficios que esta conlleva y se quedan atrás para siempre las condiciones porfirianas de empleo, que dominan el mercado mexicano actual.
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