jueves, 23 de febrero de 2012

San Luis , VS. el pulpo camionero.

Se escucha el rumor de un nuevo aumento al pasaje del transporte urbano en San Luis Potosí. Lo que no se escucha son propuestas viables para hacer de dicho medio , algo digno de una Ciudad Moderna.
Será que estamos, los usuarios, ante la necesidad vuelta necedad, de proponer a nuestros ilustres políticos medidas urgentes y sensatas para transformar el parque vehícular heredado del porfiriato en modernos vehículos que ofrezcan un servicio de calidad que vaya con la visión de futuro que nuestra capital merece.
Tendrán nuestros diputados, tiempo para ocuparse de las cosas realmente importantes en San Luis, mostrando sensibilidad hacia  una población que está harta de moverse en camiones de ganado convertidos en autobuses, y no hablo de los chóferes que parecen sacados de las mejores películas de pandilleros, hablo de la mala visión que dan a los potosinos y al turismo de otros estados y extranjeros. Quieren 7 pesos por pasaje , bien propongo esto:


1.- Cobro según año y estado de la unidad. 
2.- Rutas oficiales de largo alcance, por ejemplo Satélite -Alameda. Con precio preferencial y unidades modernas con buena amortiguación, colores distintos , para poderlas identificar y choferes realmente profesionales. 
3.- Autobuses más allá de cinco años cobraran la mitad del pasaje y no se permitirá que rebasen los diez años de antigüedad, por seguridad en todos los aspectos.
4.- Los chóferes deberán tener secundaria acabada como mínimo. Y se les aplicaran exámenes de salud cada  mes. Para evitar problemas de salud , drogas , etc.
5.- Se creará una Comisión mixta sociedad -gobierno para llevar esto a vías de hecho y se pondrán Inspectores en las rutas para dar seguimiento a una política de seguridad y calidad.
6.- Precios subsidiados de diesel y refacciones.
Esto queda abierto para quién desee seguir la propuesta o mejorarla.
Todo esto cuesta mucho menos, Señores políticos, que el dinero que se repartieron descaradamente a fines el 2011 y que no es de ustedes!

sábado, 18 de febrero de 2012

La UNEAC punta de lanza de la polícia manipulativa política.

El pasado día 11 de febrero, hubo una conversación en la UNEAC de la Habana, presidida por escritores , que de alguna manera representan el sentir del Gobierno de Cuba. El Tema es surrealista y escabroso. 
No es lo que se habla ,si no el trasfondo.
Existe después de 53 años de Censura, una estrategia, no puedo visualizarlo de otra forma, para rescatar  autores, que viven o vivieron fuera de Cuba.
Caso especifico, Guillermo Cabrera Infante y Reinaldo Arenas. Los otros que ya están siendo rescatados nunca se pudieron ir de Cuba, me refiero a Lezama Lima, y Piñeiro. No estoy seguro si aún superan las contundentes verdades de "Fuera del Juego" de Heberto Padilla, tanto como para "perdonarlo" e intentar reeditarlo.
Las Dictaduras son macabras, no cabe duda, pero las hay además, ladinas y astutas como viejas zorras. Qué gana la vieja zorra, en retomar la obra de los grandes escritores cubanos que fueron ferozmente censurados y que muchos han muerto sin renegar de su obra y con el mismo pensamiento sobre la tiranía que los hizo salir definitivamente de la patria.
Es larga la tela de donde cortar. Ponen condiciones para aceptar a los que están vivos y por ahí desean "con el rabo entre las piernas" ser reconocidos en su tierra, nuestra tierra. 
La moral de una dictadura como la cubana, tan desprestigiada, desea marcar cánones a los que escriben fuera de la isla para poder , imagino, ser editados, autorizados a ir a leer, en fin, regenerados.
Imagino que debe haber un grupo, no sé de cuantos sea, ni puedo incluso calcular su número, que sienten que ya se les hizo justicia y correrán prestos a la manipulada faramalla. Algunitos por ahí todavía sollozan en secreto y desean ser reconocidos , no por su patria, léase publico cubano, si no por aquellitos que los prohibieron o no reconocieron. 
Especie de masoquismo literario, pero real.
Sigo pensando que la libertad es un derecho y como tal , mientras no se respete ese derecho nada tengo que ir a leer o publicar bajo la bandera de una dictadura siniestra.