miércoles, 21 de julio de 2010

Curitas y aspirinas

Yendo un poco adelante, es preciso advertir sobre los planes mediáticos que se arman en Cuba con la venia del vocero castro-fascista español de Moratinos.
No hay respeto a los derechos humanos en un país si no se respeta la libertad de expresión y parte importante de esa libertad es poder elegir a la persona al frente del ejecutivo,de manera libre y directa, tener un cuerpo de diputados que integren a todos los factores activos de la sociedad y se respete la diversidad de pensamientos y actitudes personales y sociales dentro de un marco de legalidad, respeto y tolerancia. Y poder soportar la legalidad jurídica en un Poder Judicial que sea independiente de la influencia del ejecutivo al frente del Estado.
La dictadura cubana ha demostrado cero tolerancia, argumentando defender la revolución, sin embargo cualquier persona sensata se da cuenta que la revolución ya no existe y la sociedad se enfrenta a un inmovilismo que ofrece una ventana viva de la actual postura involutoria de la misma.
Derivar a reformas que permitan la pequeña empresa no es precisamente un acto revolucionario, es digamos un acto desesperado para calmar los ánimos populares.
Si quisieran evolucionar o transitar deberían ir en la dirección lógica de comunidades de producción donde los obreros y campesinos fueran dueños de los medios de producción y bajo el apoyo del Estado se abrieran camino hacia un desarrollo interno y externo.
Pero que el control de la sociedad laboral permaneciera bajo la responsabilidad de la sociedad obrera o campesina.
Esta tesis ha sido ampliamente expuesta, en contraposición al control ineficiente y empobrecido de la empresa bajo dirección estatal, obsoleta y anti socialista.
Buscar soluciones hacia  vectores que no son modernos , que no arriesgan transitar hacia un proceso interesante y abierto hacia posibilidades de dar verdadero protagonismo al sector obrero y campesino es mentirle al pueblo y perpetuar la dictadura tras una cortina de pequeños empleos que ni aportan significativos ingresos al erario público , ni tienen garantizado un presente o futuro razonablemente seguro. Es evidente una vuelta a posiciones capitalistas conocidas como changarreos  comprobado que no logra elevar el nivel de vida y la expectativa de progreso en el sector proletario.
Estas propuestas Raulistas solo pretenden extender el tiempo hacia ofertas de créditos duros por parte de socios capitalistas mayores que vengan a repartirse la oportunidad de hacer negocios en grande y donde estarían excluidos el sector obrero –campesino.
Y el Estado, léase unos cuantos personajes de la nomenclatura, serian beneficiados directos de esa repartición.
Por ello es vital para reactivar la economía cubana, aplicar conceptos revolucionarios y no curitas y aspirinas.
Pero por lo visto los tiranos no piensan en ningún momento soltar las riendas de las mieles del poder.


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